sábado, 25 de agosto de 2018

Mononucleosis infecciosa

Mononucleosis infecciosa
El diagnóstico precoz y preciso de la mononucleosis infecciosa puede ayudar al tratamiento clínico, evitar los antibióticos y proporcionar un pronóstico adecuadoAutor: Mark H. Ebell; Marlene Call,; JoAnna Shinholser, Jack Gardner JAMA April 12, 2016 Volume 315, Number 14 1509
Objetivo
Revisar sistemáticamente la literatura sobre el valor del examen clínico y el recuento de leucocitos para el diagnóstico de la MI.
Principales resultados y medidas Sensibilidad, especificidad e índice de probabilidad (IP) para el diagnóstico de la MI.
Resultados
La MI es más común entre los 5 y los 25 años (especialmente entre 16 y 20 años, de los cuales, en alrededor de 1/13 pacientes el dolor de garganta se debe a la MI). La probabilidad de MI se reduce en ausencia de linfadenopatía mientras que aumenta con la presencia de adenopatía cervical posterior, adenopatía inguinal o axilar, petequias palatinas y esplenomegalia.
Los síntomas son de valor limitado para el diagnóstico de la MI; el dolor de garganta y la fatiga son sensibles pero inespecíficos. La presencia de linfocitosis atípicos aumenta significativamente la probabilidad de MI. Para el diagnóstico también es útil si en un paciente se halla la combinación de >50% de linfocitos y >10% de linfocitos atípicos.

Presentación de un caso clínico
Un paciente de 17 años consulta porque desde hace 5 días presenta dolor de garganta y adenopatía. Tiene una temperatura oral medida de 38,6 C y cefalea leve y persistente, pero niega tener fatiga significativa. Se observan ambas amígdalas purulentas, agrandamiento de los ganglios cervicales anterior y posterior y de varios ganglios axilares. No se detecta hepatomegalia ni esplenomegalia.
El test rápido para el estreptococo ß-hemolítico grupo A es negativa. Los análisis rutinarios de laboratorio revelan leucocitos (18×109/l) con 40% de neutrófilos segmentados, 51% de linfocitos12% de linfocitos atípicos, 4% de monocitos y 3% de eosinófilos. El test rápido de anticuerpos heterófilos (monospot test) para MI fue negativo. ¿Este paciente tiene MI a pesar del resultado negativo del monospot test?
¿Por qué esta pregunta es importante?
Inicialmente descrita como una “leucocitosis mononuclear en respuesta a una infección aguda” (MI), también antes se la llamó fiebre glandular. La MI está causada por el virus de Epstein-Barr (VEB) y se caracteriza por fiebre, dolor de garganta, adenopatía y malestar general, pero también puede haber esplenomegalia, ictericia y hepatomegalia.
Los síntomas pueden persistir durante 6 meses o más y rara vez ocurren complicaciones graves como la ruptura esplénica.
El diagnóstico diferencial incluye la infección por citomegalovirus, adenovirus y VIH, la toxoplasmosis y la leucemia aguda, aunque estas enfermedades son mucho menos comunes.
Es importante poder diagnosticar la MI con precisión en el entorno ambulatorio utilizando el examen clínico y los resultados del laboratorio porque ésto permite los médicos asesorar a los pacientes sobre el tipo de reposo y el pronóstico general, y se evitará el uso inapropiado de antibióticos en una enfermedad viral.
Esto es especialmente cierto al principio de la enfermedad, cuando es más probable que la prueba de anticuerpos para la MI den resultados negativos falsos y, en los niños más pequeños, en quienes los resultados negativos falsos son más comunes. La MI suele ocurrir en niños y adultos jóvenes, entre los 5 y los 25 años, pero no se limita a este grupo etario. Las tasas de infecciones son más elevadas entre los 15 y los 24 años, con casi 6-8 casos/1.000 personas/año.
Se diagnostica con poca frecuencia en bebés y niños pequeños, aunque probablemente la mayoría de los casos no son detectados porque los síntomas suelen ser más leves en este grupo de edad (<5 años). Es más común en adolescentes y adultos jóvenes, especialmente entre quienes viven en comunidad, como los cuarteles.
¿Cómo se examina a un paciente con sospecha de mononucleosis infecciosa?
Signos y síntomas
Se debe examinar la faringe y las amígdalas para detectar petequias palatinas y exudados faríngeos y amigdalinos
La historia de un paciente con dolor de garganta debe incluir el inicio, la duración y la presencia o ausencia de fiebre, escalofríos, sudores, mialgias y fatiga que no puede ser explicada por déficit de sueño o por las ocupaciones habituales. A menudo, esta presentación despierta la sospecha de MI. A los pacientes con estos signos y síntomas también se les debe preguntar sobre el contacto cercano con una persona que haya tenido el diagnóstico confirmado de MI; Sin embargo, muchos pacientes no recuerdan si hubo tal contacto.
Se debe inspeccionar la cara y las superficies corporales expuestas para detectar la presencia de erupciones: se puede hallar una erupción maculopapular fina (exantema viral). Los pacientes con MI que han sido tratados con ß-lactámicos, especialmente ampicilina o amoxicilina, pueden tener un sarpullido morbiliforme pruriginoso que aparece en unos días a 1 semana.
Así lo evidenció un estudio, en el que el 30% de los 173 niños con MI confirmada serológicamente que recibieron al menos 1 dosis de amoxicilina presentaron erupción. Sin embargo, otro estudio de 184 niños halló que la incidencia de erupción fue similar en el grupo de niños que no había recibido penicilina. La ictericia es un hallazgo raro en los pacientes con mononucleosis.
Se deben buscar adenopatías en las cadenas cervicales anterior y posterior. Casi todos los pacientes con MI tienen adenopatía cervical anterior, pero esta ubicación no es específica pues también ocurre en otras enfermedades comunes. La adenopatía cervical posterior es más específica de la MI, como también las axilares e inguinales. Por lo tanto, no debe obviarse la palpación de esas regiones, como así también si los síntomas persisten o permanecen sin explicación, o son más graves y hacen sospechar otros diagnósticos alternativos, como el linfoma.
Se debe examinar la faringe y las amígdalas para detectar petequias palatinas y exudados faríngeos y amigdalinos. Aunque la MI puede causar estos síntomas, también pueden causarlos la faringitis por los virus o los estreptococos ß-hemolíticos del grupo A. También se debe examinar el abdomen para detectar esplenomegalia o hepatomegalia.

Recuento de leucocitos
Puede ser anormal antes de que las pruebas de anticuerpos rápidas (como el monospot test) den positivas
El recuento de leucocitos puede ser un complemento útil de la historia y el examen físico en el entorno ambulatorio. Este recuento puede ser anormal en los pacientes con MI, antes de que las pruebas de anticuerpos rápidas (como el monospot test) den positivas.
El VEB infecta los linfocitos B, lo que activa una respuesta mediada por las células T. Estas células están a menudo inmaduras y presentan formas atípicas.
Por lo tanto, el aumento del número total de linfocitos, del porcentaje de linfocitos y del porcentaje de linfocitos atípicos es sugestivo de MI. La linfocitosis incrementa significativamente la probabilidad de diagnosticar Mil La linfocitosis también es útil cuando se combina con la presencia de linfocitos atípicos.
Por ejemplo, en un estudio, los pacientes con >50% de linfocitos y >10% de linfocitos atípicos tuvieron mayor especificidad y mayor IP. Un recuento absoluto de linfocitos en un umbral =4 × 109/l es útil para el diagnóstico en adolescentes y adultos.
El hallazgo normal más frecuente fue un recuento de linfocitos atípicos <10% lo que con mayor eficacia disminuye la probabilidad de MI. Los autores afirman que el número de linfocitos atípicos es de poca sensibilidad. Pero para los pacientes que tienen >50% de linfocitos, >10% de linfocitos atípicos, o ambos, la especificidad es excelente.
La presencia de linfocitosis o de linfocitosis atípica o de linfocitosis en los adolescentes y adultos con dolor de garganta influye mucho en la probabilidad de padecer MI.

Comentarios
Los autores mencionan que sus hallazgos están limitados por la edad y la calidad de la literatura. por ejemplo, los estudios más antiguos pueden no describir claramente la inclusión o exclusión de criterios, y la mayoría no especificó en qué momento de la evolución de la enfermedad se encontraban los participantes (desconocimiento de los síntomas antes de la presentación).
Debido a que los hallazgos clínicos y bioquímicos varían considerablemente en las diferentes etapas de la enfermedad, sería útil estratificar la exactitud de los hallazgos clínicos y las pruebas desde el comienzo de los síntomas (p. ej., <1 semana, 1 a 2 semanas o >2 semanas). Otra limitación fue la inclusión de varios estudios basados en datos de laboratorio que no informaron datos clínicos.
Por otra parte, muchos estudios solo incluyeron pacientes con pruebas de laboratorio que confirmaban la mononucleosis, y la información suministrada fue suficiente solo para calcular la sensibilidad. Por lo tanto, hace falta un gran estudio prospectivo de pacientes que se hallen dentro de los 7 días de la aparición del dolor de garganta, lo que podría ayudar a aclarar el papel de los antecedentes personales, el examen físico y las pruebas bioquímicas en el consultorio para el diagnóstico de mononucleosis.

Resolución del cuadro
El paciente se encuentra en un grupo etario de alto riesgo de MI y la probabilidad pretest de es de casi 8%, según los datos de una red australiana de investigación en atención primaria. El test de anticuerpos heterófilos (monospot test) tiene alrededor del 75% de sensibilidad al comienzo de esta enfermedad causada por el VEB por lo que es correcto que el médico considere que se trata de un resultado negativo falso.
Las pruebas también son menos sensibles en los niños pequeños (especialmente <5 años). La presencia de fiebre, cefalea, adenopatía cervical anterior y, por otra parte, la ausencia de fatiga, esplenomegalia y hepatomegalia, no implican mucho cambio en la sospecha de MI1.
La presencia de un exudado amigdalino, adenopatía cervical posterior y adenopatía axilar aumentan poco la probabilidad de MI. Debido a que estos hallazgos pueden no ser útiles en forma individual, el único descubrimiento más importante para el diagnóstico es la presencia de adenopatía cervical posterior, lo que, después del examen clínico, aumenta la probabilidad de MI, del 8% al 21%.
A partir de esta estimación de probabilidad revisada del 21%, la presencia de 51% de linfocitos y 12% de linfocitos atípicos aumenta la probabilidad de MI al 93%. Los autores concluyen que se debe hacer el diagnóstico de MI y aconsejar al paciente acerca del tratamiento sintomático, el tipo de reposo y la evitación del contacto físico.
Fundamentos clínicos
La MI es una causa relativamente común de dolor de garganta en los pacientes de 5 a 25 años, sobre todo entre los 16 y los 20 años, pero es poco común en niños más pequeños (<5 años) y adultos >25 años. La mayoría de los pacientes tiene dolor de garganta y adenopatías cervicales, fiebre, cefalea y fatiga, que son síntomas comunes pero inespecíficos.
Las adenopatías posteriores, axilares e inguinales aumentan significativamente la probabilidad de MI, al igual que la esplenomegalia y las petequias palatinas. La presencia de >10% de linfocitos atípicos aumenta la probabilidad de MI, especialmente cuando si hay linfocitosis.
Si existe sospecha clínica de MI, el recuento de leucocitos puede proporcionar una guía útil para el diagnóstico precoz de la enfermedad, cuando las pruebas serológicas tienen una mayor tasa de resultados negativos falsos. Otra opción es hacer la buscar antígenos de la cápside del VEB.
Aunque la MI es una enfermedad común, hay pocos estudios prospectivos bien diseñados para el diagnóstico de esta enfermedad y se requieren ensayos que desarrollen y validen los criterios de decisión clínica (quizás en combinación con el recuento de leucocitos) que ayuden a los médicos a hacer el diagnóstico precoz. Además de ser una guía para hacer un pronóstico más preciso y asesorar mejor sobre el tratamiento sintomático, ayudaría a evitar el uso inadecuado de antibióticos en pacientes con esta enfermedad viral.
Resumen y comentario objetivo: Dra. Marta Papponetti

Infecciones por protozoos

Infecciones por protozoos

Rickettsia africae:principal causa de rickettsiosis por picadura en Africa

Rickettsia africae: principal causa de rickettsiosis por picadura en África
La Rickettsia africae suele ser la causa más comun de los casos de rickettsiosis por picadura de garrapata en pacientes que enfermaron tras un viaje al África Subsahariana. Así se desprende de las conclusiones de un estudio coordinado por Didier Raoult, de la Unidad de Rickettsiosis de la Universidad del Mediterráneo, en Marsella.Fuente: Didier Raoult, Pierre E. Fournier, Florence Fenollar, Mogens Jensenius, Tine Prioe, Jean J. de Pina, Giuseppe Caruso, Nicola Jones, Herman Laferl, John E. Rosenblatt, Thomas J. Marrie  N Engl J Med 2001; 344: 1504-1510
La fiebre por picadura de garrapata africana tiene lugar tras el contacto con garrapatas portadoras de la Rickettsia africae que parasitan el ganado y la caza.

El equipo estudió a pacientes sometidos a pruebas de detección de rickettsiosis después de volver de un viaje a África o Guadalupe. Para estimar el valor del ensayo de microinmunofluorescencia, de las técnicas inmunohistoquímicas y de los ensayos de adsorción cruzada, los investigadores compararon los resultados de estas pruebas en 39 pacientes en los que se había confirmado una fiebre africana por picadura de garrapata mediante la reacción en cadena de la polimerasa o cultivos celulares. También participaron 50 pacientes con infección por R. conorii documentada y 50 donantes de sangre. Asimismo, se aplicaron estos criterios diagnósticos a 378 pacientes adicionales que habían retornado del sur de África o de Guadalupe.

En los 39 pacientes con evidencia de infección por R. africae, la combinación de los ensayos de microinmunofluorescencia, inmunohistoquímica y adsorción cruzada que mostraba anticuerpos específicos frente a la R. africae tuvo una sensibilidad de 0,56. Sin embargo, cada una de las pruebas mostró una especificidad y un valor predictivo positivo de 1,0.

Los autores observaron que, en función de estos criterios serológicos, otros 80 presentaban una infección por R. africae. Generalmente, la enfermedad tuvo carácter leve y se caracterizó por presentar una erupción en el 46 por ciento de los pacientes. Un 95 por ciento de ellos tenía una o más escaras de inoculación y el 56 por ciento de éstos mostraba escaras múltiples, algo inusual en infecciones por rickettsias.

Tuberculosis infantil

Tuberculosis Infantil
La tuberculosis sigue siendo una causa importante, pero frecuentemente no reconocida, de enfermedad y muerte en los niños de zonas donde la enfermedad es endémica.Autor: Dres. Carlos M. Pérez-Vélez - Ben J. Marais N Engl J Med 2012; 367: 348-61
Introducción:
La implementación generalizada de la estrategia de tratamiento breve bajo observación directa (conocida como DOTS) durante la década de 1990 dio lugar a un mejor control global de la tuberculosis. Sin embargo, su eficacia ha sido limitada en las áreas donde prevalecen la pobreza y la infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o la tuberculosis resistente a los fármacos, y el énfasis en una baciloscopía positiva como criterio diagnóstico actualmente excluye de la atención a la mayoría de los niños.
La tuberculosis sigue siendo una causa importante, pero frecuentemente no reconocida, de enfermedad y muerte en los niños de zonas donde la enfermedad es endémica; la prestación de servicios en esas zonas se ve obstaculizada por la ausencia de estrategias pragmáticas para guiar su diagnóstico y manejo. Este artículo proporciona una breve descripción de los principios básicos, las controversias actuales, y los recientes avances relacionados con el cuidado de los niños con tuberculosis, con énfasis en la enfermedad intratorácica.
Carga de enfermedad y cambios epidemiológicos recientes
La pobre determinación y notificación de los casos de tuberculosis dificulta la estimación precisa de la carga global de enfermedad en los niños. Entre los 4.452.860 nuevos casos reportados en el 2010 por los 22 países con mayor carga de enfermedad por tuberculosis, sólo 157.135, o el 3,5% (rango 0,1 a 15), se produjeron en niños. Las mejores estimaciones sugieren que los niños (definidos como personas menores de 15 años de edad) representan aproximadamente el 11% de la carga de enfermedad por tuberculosis, lo que sugiere que algo más de 332.000 casos de tuberculosis infantil no fueron diagnosticados o declarados en estos países.
A pesar de que el sobrediagnóstico puede ocurrir, el subdiagnóstico es la regla en la mayoría de las zonas donde hay una alta carga de enfermedad y donde los niños con tuberculosis pueden tener acceso a los servicios sólo a través de los hospitales de referencia.
El problema de la falta de diagnóstico en los niños es ilustrado por el bajo número de casos pediátricos reportados en cuatro países con una alta carga de enfermedad, donde se esperarían tasas superiores al 10% de todos los casos reportados: Rusia, 0,8%, India, 1,1%, Nigeria, 1,4%, y Brasil, 3.5%. En áreas como América del Norte y Europa Occidental, donde existe una mínima transmisión interna y un suministro rutinario de profilaxis post-exposición, se ve afectada una menor proporción de niños, y la mayoría de los casos de tuberculosis infantil ocurren en poblaciones inmigrantes.

La coinfección con el VIH ha tenido un importante efecto epidemiológico, especialmente en el África subsahariana. Aparte de que lleva a un aumento en el número absoluto de pacientes con  tuberculosis, ha inducido un cambio marcado en la edad y el sexo de los pacientes hacia las mujeres jóvenes en edad fértil. El efecto de este cambio demográfico puede observarse en los altos índices de exposición a la tuberculosis entre los niños nacidos de madres infectadas por el VIH y en las altas tasas de tuberculosis entre los lactantes infectados por el virus. El inicio temprano de la terapia antirretroviral es la intervención más importante para la reducción de la mortalidad global y del riesgo de tuberculosis entre los niños infectados por el VIH, proporcionando el tratamiento preventivo con isoniazida un beneficio adicional.

La aparición de la tuberculosis fármaco-resistente plantea una gran amenaza para el control mundial de esta enfermedad. La complacencia inicial para abordar el problema fue influenciada por estudios que indicaban que la adquisición de resistencia a la isoniazida reducía la patogenicidad de la cepa. Sin embargo, el desarrollo de tuberculosis multirresistente (que se caracteriza por la resistencia a isoniazida y rifampicina) en los niños expuestos a personas con tuberculosis fármaco-resistente, así como su diseminación clonal en los sistemas penitenciarios de Nueva York y Rusia, han proporcionado evidencia clínica de la transmisibilidad de las cepas multirresistentes.
Una prueba adicional fue proporcionada por un brote explosivo y amplio de tuberculosis fármaco-resistente (bacterias multirresistentes con resistencia adicional a fluoroquinolonas y a un agente inyectable de segunda línea) en pacientes con infección por el VIH en el sur de África. Aunque la incidencia de la tuberculosis fármaco-resistente en los niños es desconocida, los casos pediátricos proporcionan un valioso punto de vista epidemiológico, ya que reflejan la transmisión constante dentro de las comunidades.
En los lugares donde las tasas de tuberculosis fármaco-resistente en niños han sido controladas, las tasas entre los mismos fueron similares a las de los adultos de la misma comunidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en 2008, 3,6% de los casos incidentes de tuberculosis a nivel mundial eran de tipo multirresistente o extensivamente resistentes a los fármacos, lo que sugiere que hubo una carga similar de este tipo de enfermedad entre los niños.
Historia natural de la enfermedad
Se requiere la comprensión de la historia natural de la tuberculosis para apreciar tanto las variaciones en la susceptibilidad a la enfermedad como el amplio espectro de manifestaciones clínicas observadas en los niños. Las descripciones minuciosas de la tuberculosis en la literatura publicada antes de la introducción de la quimioterapia proporcionan información valiosa sobre la secuencia de eventos que sigue a la infección primaria con Mycobacterium tuberculosis (tabla 1).  Una observación importante documentada en estos estudios previos fue la presencia de adenopatías hiliares transitorias, e incluso la excreción de M. tuberculosis, en niños que nunca habían tenido progresión a enfermedad. Este hecho plantea un problema importante en la definición de caso para los estudios, por ejemplo, los de eficacia de vacunas, que utilizan estrategias activas de hallazgo de casos en poblaciones de niños asintomáticos que han sido expuestos a  personas con enfermedades infecciosas. La formulación reciente de un consenso internacional sobre normas de referencia y metodología uniforme de la investigación debería facilitar el progreso.

La secuencia de acontecimientos que sigue a la reinfección (que es común en las zonas donde la tuberculosis es endémica) permanece pobremente definida. En los casos de tuberculosis recurrente, la tipificación de la cepa permite diferenciar la recaída de la reinfección, pero no puede ser utilizada para cuantificar el riesgo de reinfección. El análisis de datos compuestos sugiere que existe una reducción del 79% en el riesgo de progresión de la enfermedad entre adultos inmunocompetentes previamente infectados en comparación con adultos no infectados anteriormente después de la documentación de exposición; sin embargo, la contribución epidémica hecha por la reinfección depende de la frecuencia de su ocurrencia en un medio ambiente en particular.

Es importante diferenciar la infección de la enfermedad, ya que la infección es un evento común y los enfoques para el manejo de las dos condiciones son muy diferentes. La progresión de la enfermedad suele manifestarse por síntomas persistentes, que no remiten, aunque la tasa de progresión es variable. En la gran mayoría de los casos (> 90%), la enfermedad se produce en el plazo de 1 año después de la infección primaria, teniendo los niños más pequeños un mayor riesgo de progresión. El perfil de riesgo es bimodal, con los adolescentes presentando un mayor riesgo. La exploración de los mecanismos subyacentes al aumento del riesgo y al cambio repentino en el fenotipo hacia la enfermedad cavitaria de tipo adulto que ocurre con el inicio de la pubertad debería proporcionar nuevos conocimientos sobre la inmunopatogénesis de la tuberculosis.
Métodos de diagnóstico
Los niños suelen ser evaluados para tuberculosis después de presentar signos o síntomas  sugestivos de enfermedad (hallazgo pasivo de casos) o como resultado de la investigación de contactos o de detección de rutina ante inmigración (búsqueda activa de casos). La presentación clínica de los niños cuya infección es detectada a través de la búsqueda activa de casos difiere de la de niños cuya infección se detecta de forma pasiva, teniendo el primer grupo a menudo infección pero no enfermedad o teniendo enfermedad en una fase muy temprana. Entre los niños en los que se detecta infección por M. tuberculosis, los niños pequeños y aquellos con exposición reciente se encuentran en mayor riesgo de progresión de la enfermedad. El conocimiento de la situación del niño respecto a la probabilidad de exposición cambia la probabilidad pre-prueba de la enfermedad y el valor predictivo positivo de las investigaciones subsecuentes.

Tabla 1. Síndromes clínicos asociados con Tuberculosis en niños* (Ver Tabla)
Evaluación Clínica
Tener una historia clínica detallada del paciente es esencial para explorar la naturaleza de la exposición y para caracterizar los síntomas con precisión. La diversidad de la presentación clínica y la naturaleza no específica de la mayoría de los síntomas complican el diagnóstico. Los síntomas constitucionales a menudo incluyen retraso del crecimiento (desviación con respecto a la trayectoria esperada de la curva de crecimiento) y apatía; se observa menos frecuentemente fiebre intermitente o de bajo grado.
Con el compromiso de las vías respiratorias, el síntoma habitual de  presentación es la tos o agitación persistente, que no remite y que no responde al tratamiento para posibles causas alternativas. Los signos clínicos son a menudo sutiles, y no se ha validado adecuadamente ningún sistema de puntuación diagnóstica; la sensibilidad y especificidad de los métodos de diagnóstico clínico para la tuberculosis son particularmente deficientes en los niños con infección por VIH.
Estudios por imágenesEn la práctica clínica, la radiografía de tórax es uno de los estudios diagnósticos más útiles. Debe obtenerse tanto una vista frontal como lateral, ya que la vista lateral ayuda en la evaluación del mediastino y las áreas hiliares. Los hallazgos radiográficos varían, pero la presencia de adenopatía hiliar pronunciada, con o sin compresión de las vías respiratorias, es altamente sugestiva de  tuberculosis. La Unión Internacional contra la Tuberculosis y las Enfermedades Respiratorias recopiló en un atlas casos ilustrativos. Desafortunadamente, la calidad técnica de las radiografías obtenidas en las zonas donde la tuberculosis es endémica es a menudo pobre, o no cuentan con la disponibilidad para realizarlas.

La ecografía es útil para confirmar la presencia de derrame pericárdico o pleural y de linfadenopatías abdominales. La tomografía computarizada (TC) de alta resolución ofrece una excelente visualización anatómica, pero debido a su alto costo y al alto nivel de radiación al que se expone al paciente, en comparación con otros estudios por imágenes, debe reservarse para los casos complicados. Tanto la TC como la resonancia magnética nuclear (RMN) son particularmente útiles en la visualización de los efectos intracraneales de la enfermedad, aunque la RMN es más sensible a la detección de lesiones del tronco cerebral y de defectos de perfusión tempranos en pacientes con meningitis tuberculosa, y también permite una mejor evaluación de la columna vertebral y de los tejidos blandos.
Estudios de laboratorio
La Tabla 2 proporciona una visión general de los exámenes de laboratorio utilizados en el diagnóstico de la tuberculosis. El examen microscópico de las muestras de esputo es la piedra angular del diagnóstico en la mayoría de los países, pero su utilidad es limitada en niños pequeños con enfermedad paucibacilar que no son capaces de expectorar. Tanto la prueba cutánea de la tuberculina como la de liberación de interferón-γ fallan en diferenciar la infección por M. tuberculosis de la enfermedad activa. La OMS recomienda que el estudio con interferón no sea utilizado en lugar de la prueba cutánea de tuberculina, aunque las dos pruebas pueden ser complementarias, mejorando la sensibilidad o especificidad de la evaluación en circunstancias clínicas específicas.

La recolección de muestras de esputo producidas de forma espontánea en los niños pequeños es problemática; la inducción del esputo y la aspiración gástrica (con o sin aspiración laringofaríngea) son métodos alternativos factibles de recolección. La "prueba del hilo" (que implica el uso de un hilo de nylon esofagogastroduodenal que puede absorber el esputo ingerido) funciona bien en adultos con infección por VIH que tienen poca expectoración, y los resultados preliminares de las pruebas en niños parecen promisorios. La biopsia por aspiración con aguja fina es muy útil en los niños con una masa ganglionar periférica.

Tabla 2. Estudios diagnósticos para tuberculosis en niños* 
(Ver Tabla)
Aunque el ensayo Xpert-MTB/RIF es menos sensible que los cultivos líquidos para la detección de M. tuberculosis en niños y adultos, proporciona resultados rápidamente, es altamente específico, y detecta resistencia a la rifampicina.

Cuando se utilizan dos muestras de esputo, el ensayo detecta tres veces más casos que cuando se utiliza la microscopía, pero sólo cerca del 70% de los casos cuando se utiliza cultivo líquido. Actualmente, el acceso al ensayo Xpert-MTB/RIF es limitado.

Cada uno de los enfoques diagnósticos descriptos tiene limitaciones. Sin embargo, cuando una combinación de hallazgos clínicos, radiológicos, de laboratorio e histopatológicos es consistente con un diagnóstico de tuberculosis y existe evidencia epidemiológica de exposición o evidencia inmunológica de infección por M. tuberculosis, es posible el diagnóstico preciso en la mayoría de los casos.
Principios del manejo de la enfermedad
Aunque todos los esfuerzos deben dirigirse a alcanzar la confirmación bacteriológica de la enfermedad, las tasas de confirmación siguen siendo bajas, y el inicio del tratamiento no debe demorarse en niños inmunológicamente vulnerables. Desafortunadamente, algunos programas de control de tuberculosis no inician el tratamiento sin la confirmación bacteriológica, citando el riesgo de eventos adversos por el tratamiento y las preocupaciones acerca de la amplificación de la resistencia a los fármacos. Sin embargo, los eventos adversos son poco frecuentes en los niños pequeños que son tratados con drogas antituberculosas de primera línea, y éstos presentan bajo riesgo de contraer o transmitir tuberculosis fármaco-resistente.
A pesar de las diferencias entre la tuberculosis de adultos y pacientes pediátricos, los principios del manejo de la enfermedad son similares. El propósito del tratamiento antituberculoso es curar al paciente individual, mientras que la intención de los esfuerzos de la salud pública es poner fin a la transmisión y prevenir la aparición de resistencia a los fármacos. Los bacilos son rápidamente eliminados por los agentes bactericidas con alta actividad, terminando así con la transmisión, mejorando los síntomas, y disminuyendo el riesgo de resistencia a las drogas (mediante la reducción de la población de la que surgen mutantes resistentes a los fármacos).
Es necesario el uso de fármacos con actividad de esterilización para erradicar las subpoblaciones persistentes de bacilos con metabolismo intermitente, previniendo de esta forma las recaídas y efectuando una curación a largo plazo. La clasificación pragmática de la enfermedad debe guiar el manejo de los casos (figura 1).

Las variables más importantes a considerar en el manejo de la enfermedad son la carga bacilar y la ubicación anatómica. La resistencia a los fármacos debe ser considerada en los niños de zonas con alta prevalencia de tuberculosis fármaco-resistente y en los que han tenido contacto documentado con una persona con tuberculosis fármaco-resistente, con alguien que falleció durante el tratamiento o que no se adhiere a la terapia, o con personas bajo retratamiento por tuberculosis.
Los niños pequeños con enfermedad no complicada que provienen de zonas con baja prevalencia de resistencia a isoniazida pueden ser tratados con tres fármacos (isoniazida, rifampicina y pirazinamida) durante los 2 meses de la fase intensiva de tratamiento, seguido de isoniazida y rifampicina durante los 4 meses de la fase de continuación. Sin embargo, los niños con enfermedad pulmonar extensa o cavitaria (que sugieren una alta carga bacilar) o que provienen de áreas con una alta prevalencia de resistencia a la isoniazida deben recibir un cuarto fármaco (etambutol, que es seguro en niños de todas las edades) durante los 2 meses de la fase intensiva de tratamiento.

En ausencia de resistencia a los fármacos, la causa más frecuente de pobre respuesta al tratamiento es la falta de adherencia al régimen. Aunque la evidencia empírica del valor del DOT es limitada, como método de administración de medicamentos, es preferible a la administración sin supervisión y a la administración por un familiar. En la mayoría de los casos, la recurrencia de la tuberculosis más de 12 meses después de finalizado el tratamiento representa una nueva infección.
El tratamiento de primera línea estándar es apropiado en ausencia de exposición a una persona que se cree que tiene tuberculosis fármaco-resistente. El uso de un régimen de retratamiento escalado que incluya estreptomicina es resistido. Cuando existe una mala respuesta clínica en un paciente con historia de adherencia al tratamiento, debe llevarse a cabo una reevaluación del diagnóstico, incluyendo la consideración del síndrome inflamatorio de reconstitución  inmune (SIRI) y la resistencia a fármacos. Los principios para el manejo de la tuberculosis fármaco-resistente en los niños se han resumido en otras partes, y se han reportado sus excelentes resultados.

Figura 1: Algoritmo para el diagnóstico y clasificación de la tuberculosis en niños
La recuperación inmunológica después del inicio del tratamiento antirretroviral en individuos    coinfectados con VIH o de la rehabilitación nutricional puede desenmascarar  una  enfermedad subclínica o inducir un deterioro paradójico, a pesar del tratamiento adecuado para la tuberculosis. El hallazgo de SIRI no indica fracaso del tratamiento, y el mismo no debe interrumpirse; los pacientes con SIRI severo pueden requerir un curso de glucocorticoides.
A pesar del riesgo de SIRI, los datos en adultos indican que la terapia antirretroviral es más eficaz cuando se inicia dentro de las 8 semanas después de comenzar el tratamiento de la tuberculosis, o en pacientes con un sistema inmunológico gravemente comprometido, dentro de las 2 a 4 semanas después del inicio del tratamiento. La única excepción serían los pacientes con tuberculosis del sistema nervioso central, en el que el SIRI puede tener consecuencias devastadoras.
En la tuberculosis asociada al VIH, el tratamiento debe ser administrado a diario, y puede llegar a necesitarse un curso prolongado, dependiendo del grado de compromiso del sistema inmune del paciente y de la extensión de la enfermedad.
Prevención y control
La transmisión de la tuberculosis dentro de las instalaciones de atención de la salud es una preocupación particular en los lugares donde los niños vulnerables inmunológicamente pueden estar expuestos. En los hospitales y clínicas, debe darse especial consideración a las áreas donde se tratan a los pacientes y a los patrones de intercambio de aire. También es importante reconocer que los padres o cuidadores sintomáticos pueden plantear un riesgo de transmisión. La vacunación con el bacilo de Calmette-Guérin (BCG) reduce el riesgo de enfermedad diseminada (miliar) y de meningitis tuberculosa en los niños pequeños, pero no ofrece protección constante contra la tuberculosis de tipo adulto.
No se han establecido beneficios de la vacuna BCG en niños infectados con VIH, y está contraindicada en estos pacientes, debido al riesgo de enfermedad BCG diseminada. El desarrollo de una vacuna segura y eficaz sigue siendo una de las principales prioridades entre los investigadores de la salud a nivel mundial.

Con una buena adherencia, un curso de 6 meses de tratamiento preventivo con isoniazida proporciona una excelente protección contra la enfermedad tuberculosa. A pesar de las recomendaciones universales sobre la provisión de terapia preventiva y la fuerte evidencia del riesgo mucho mayor de tuberculosis y el aumento de la mortalidad entre los niños con contacto cercano con personas que tienen tuberculosis, la aplicación de estrategias preventivas sigue siendo pobre.
Se requieren soluciones pragmáticas para cerrar la pronunciada brecha entre la política y la práctica. Los padres a menudo son reacios a administrar un tratamiento preventivo para un niño por lo demás sano, y la larga duración de la terapia preventiva es una fuente de desánimo más. Un estudio mostró que un curso de 3 meses de tratamiento preventivo con isoniazida y rifampicina fue similar en eficacia a un curso de 9 meses de isoniazida sola.

Un régimen de 12 dosis de rifapentina e isoniazida semanal ha demostrado ser eficaz en adultos, pero este régimen todavía no se recomienda para niños menores de 12 años de edad ya que se requieren datos específicos sobre seguridad y eficacia en este grupo etario. La eficacia de los regímenes abreviados no ha sido bien estudiada en niños con infección por VIH. Una desventaja de los regímenes que incluyen rifampicina o rifapentina es la interacción de estos fármacos con los inhibidores de la proteasa incluidos en el tratamiento antirretroviral proporcionado para la infección por HIV; la rifabutina es menos reactiva, pero no ha sido evaluado su uso en los regímenes de tratamiento preventivo.

Aunque el valor de la profilaxis post-exposición es universalmente reconocido, el valor de la profilaxis pre-exposición sigue en duda. Los sucesivos estudios controlados aleatorios de profilaxis pre-exposición en niños con infección por VIH han tenido resultados contradictorios.
El primero de estos estudios, que incluyó a niños con mínimo acceso a la terapia antirretroviral, se suspendió debido a una mayor mortalidad en el grupo placebo. La reducción de la mortalidad entre los que recibieron terapia preventiva con isoniazida se limitó a los primeros 2 a 3 meses de tratamiento, aumentando la posibilidad de que la tuberculosis subclínica estuviera presente al ingreso en el estudio. El segundo ensayo incluyó niños pequeños (de 3 a 4 meses de edad) que habían estado expuestos al VIH, pero que no tenían exposición conocida a tuberculosis.
Los lactantes fueron asignados aleatoriamente para recibir isoniazida de etiqueta abierta o placebo; los que estaban infectados con VIH también recibieron tratamiento antirretroviral temprano. Todos los niños fueron monitoreados de cerca para evaluar una posible exposición posterior a la tuberculosis. Los investigadores no hallaron ninguna diferencia significativa en la incidencia de tuberculosis o de mortalidad entre los grupos de tratamiento y placebo, lo que sugiere que la profilaxis pre-exposición contra la tuberculosis tiene poco valor si los lactantes infectados por el VIH son enrolados en programas de manejo temprano, con meticulosa vigilancia de la exposición a la tuberculosis y la provisión de profilaxis post-exposición. Sin embargo, el valor de la profilaxis pre-exposición en áreas donde el monitoreo de la exposición a la tuberculosis es probable que sea pobre permanece sin resolverse.

Con el uso del tratamiento preventivo con isoniazida después de la finalización del tratamiento de la tuberculosis en adultos infectados por VIH, se ha estimado que pueden prevenirse 83 recurrencias por cada 1000 casos tratados. La OMS recomienda la terapia preventiva con isoniazida por 6 a 36 meses después de la finalización del tratamiento de la tuberculosis en todos los pacientes con infección por VIH, incluyendo a los niños que viven en zonas con una alta prevalencia de tuberculosis. Sin embargo, el valor agregado del tratamiento preventivo en comparación con las estrategias en curso de detección de la exposición a tuberculosis y la meticulosa profilaxis post-exposición no ha sido evaluado.

Es posible reducir drásticamente la morbilidad y la mortalidad asociadas a la tuberculosis pediátrica si se mejora la detección de casos y si los tratamientos preventivos y curativos se vuelven más accesibles a nivel mundial. Muchos de los retos siguen siendo prioridades de investigación, pero mientras se espera el desarrollo de nuevas vacunas, mejores diagnósticos, y regímenes de tratamiento más cortos, puede lograrse mucho más con los enfoques pragmáticos y la aplicación sensible de las herramientas existentes.
Comentario: La tuberculosis es una enfermedad que continúa siendo endémica en muchos países, con altas tasas de morbilidad y mortalidad principalmente en niños y en pacientes inmunocomprometidos. Debido a que en muchos casos los signos y síntomas de enfermedad pueden ser sutiles, se requiere de un alto nivel de sospecha y de una adecuada anamnesis para evaluar el contacto cercano con personas infectadas con el bacilo. Además de la instauración del tratamiento adecuado, resulta fundamental implementar políticas de salud adecuadas para mejorar la detección de casos, permitir el acceso de la población al tratamiento pre y post-exposición, y disminuir la resistencia a los fármacos mediante el cumplimiento de la terapéutica adecuada.

♦ Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol

Infeccion VIH

Infección por el VIH
Un repaso por los aspectos centrales de la infección por VIH actualizada y basada en las mejores evidencias científicas disponibles.Autor: Prof Gary Maartens MMed, Prof Connie Celum MD b, Prof Sharon R Lewin PhD HIV infection: epidemiology, pathogenesis, treatment, and prevention The Lancet
El VIH es un importante contribuyente a la carga mundial de morbilidad. En 2010, el VIH era la causa principal de discapacidad años de vida ajustados en todo el mundo para las personas de 30 a 44 años, y la quinta causa principal de todos los edades.11 Las muertes relacionadas con el SIDA global alcanzaron un máximo de 2,3 millones en 2005, y disminuyeron a 1,6 millones en 2.012.3 Alrededor del 50 % de todas las muertes en personas en tratamiento antirretroviral en los países de altos ingresos no se deben a AIDS.12 En un estudio, las principales causas de muertes no relacionadas con el SIDA fueron cánceres no definitorios de sida ( 23,5 %), enfermedades cardiovasculares (15,7 %) y enfermedades del hígado (14,1 %).12
Resumen: La prevalencia del VIH está aumentando en todo el mundo porque con la terapia antirretroviral las personas están viviendo más tiempo Sin embargo las nuevas infecciones se redujeron de 3,3 millones en 2002, a 2,3 millones en 2012. Las muertes globales relacionadas con el SIDA alcanzaron un máximo de 2,3 millones en 2005, y disminuyeron a 1,6 millones en 2012. Se estima que 9,7 millones de personas en los países de ingresos bajos y medianos habían iniciado terapia antirretroviral en 2012. Los nuevos conocimientos sobre los mecanismos de la infección latente y la importancia de los reservorios de la infección podrían eventualmente conducir a una cura. El papel de la activación inmune en la patogénesis de los eventos clínicos “no SIDA” (principales causas de morbilidad y mortalidad en las personas que reciben terapia antirretroviral) está recibiendo un mayor reconocimiento. Los avances en la prevención del VIH más importantes para la salud pública incluyen la circuncisión masculina médica, los antirretrovirales para prevenir la transmisión de madre a hijo, la terapia antirretroviral en personas con VIH para prevenir la transmisión, y los antirretrovirales para la profilaxis pre-exposición. La investigación en otras intervenciones de prevención, especialmente vacunas y microbicidas vaginales, todavía está en curso.

Epidemiología
La epidemia del VIH surgió después de las infecciones zoonóticas con el virus de la inmunodeficiencia en simios de primates africanos; los cazadores de carne de animales silvestres fueron probablemente el primer grupo en ser infectado con el VIH. 1
El VIH-1 se transmite de los simios y el VIH -2 de monos mangabey fuliginosos (Cercocebus torquatus atys). Existen cuatro grupos de VIH- 1 y representan tres eventos de transmisión de los chimpancés (M, N, y O) y uno de los gorilas (P). Los grupos N, O y P están restringidos al África occidental. El grupo M, que es la causa de la pandemia mundial del VIH, se inició hace unos 100 años y se compone de nueve subtipos: A-D, F- H, J y K. El subtipo C predomina en el África y en la India y representó el 48 % de los casos de VIH- 1 en 2007 en todo el mundo.2 El subtipo B predomina en el oeste de Europa, en las Américas y en Australia. Los subtipos recombinantes circulantes son cada vez más comunes.2
La diversidad genética marcada de VIH - 1 es una consecuencia de la propensión a los errores de la transcriptasa reversa  lo que resulta en una alta tasa de mutación. El VIH - 2 se limita a gran parte del África Occidental y causa una enfermedad similar a VIH - 1, pero la inmunodeficiencia progresa más lentamente y es menos transmisible.1
En 2012 se estima que 35,3 millones de personas vivían con el VIH.3 El África subsahariana, sobre todo el sur de África, tiene la mayor carga mundial de VIH (70,8 %). La epidemiología global de la infección por VIH ha cambiado notablemente como consecuencia de la ampliación del acceso a la terapia antirretroviral. En 2012, 9,7 millones de personas en países de ingresos bajos y medianos habían comenzado la terapia antirretroviral4.
La prevalencia mundial del VIH ha aumentado de 31,0 millones en 2002, a 35,3 millones en 2012, porque la población en terapia antiretroviral  se ha hecho más longeva 5, mientras que la incidencia global ha disminuido de 3,3 millones en 2002, a 2,3 millones en 2012.3
La reducción en la incidencia mundial del VIH se debe principalmente a la reducción de la transmisión heterosexual. Las actitudes punitivas hacia las personas que se inyectan drogas (sobre todo en Europa del Este) restringen la aplicación del tratamiento con opioides de sustitución y los programas de provisión de agujas y jeringas que son las estrategias eficaces de prevención del VIH que reducen si transmisión.6
En las regiones donde la principal vía de transmisión es la de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (Europa occidental y central y las Américas ), la incidencia se mantiene estable a pesar de una alta cobertura de terapia antirretroviral (por ejemplo, 75 % en América Latina en 2012.3 y 80 % en el Reino Unido en 2010).7
Los controladores de la epidemia del VIH en hombres que tienen sexo con hombres son complejos, e incluyen el aumento de las conductas de riesgo desde la introducción de la terapia antirretroviral eficaz (un fenómeno llamado optimismo terapéutica), el riesgo de transmisión del coito anal receptivo es alto, las redes sexuales, y el estigma que ocasiona restricción del acceso al cuidado de la salud.9
El número de nuevas infecciones en niños en los 21 países africanos prioritarios en el Programa de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA (ONUSIDA) 10 disminuyó en un 38 % entre 2009 y 2012, debido a un mayor acceso a los antirretrovirales para prevenir la transmisión de madre a hijo. Sin embargo, el acceso a la terapia antirretroviral es mucho menor en los niños que adultos.3
Las personas con VIH tienen un 50 % más de riesgo de infarto de miocardio que las personas sin VIH después de ajustar por factores de riesgo vascular. 13 La enfermedad hepática es común, principalmente debido a la co-infección con hepatitis B y C, que comparten similares vías de transmisión con el HIV.14
La tuberculosis continúa siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad en los países de ingresos bajos y medianos, especialmente en África.15  Hallazgos de un estudio16 realizado en Sudáfrica en la era pre - terapia antirretroviral mostraron que la tuberculosis se duplicó en un año después dela infección del VIH. A partir de entonces la incidencia aumentó a medida que disminuyó la inmunidad, y alcanzó una incidencia muy alta de 25,7 por 100 personas- año en pacientes con recuentos de células T CD4 inferior a 50 células por μL.17 A nivel mundial, la mortalidad por tuberculosis relacionada con el VIH está disminuyendo 15, pero muchas personas con VIH en África mueren todavía de tuberculosis sin diagnosticar. 18

Transmisión del VIH - 1
El factor más importante que aumenta el riesgo de transmisión sexual del VIH - 1 es el número de copias por ml de plasma de VIH- 1 ARN (carga viral), con un 2,4 veces mayor riesgo de transmisión sexual por cada aumento de 1 log10.19 La infección aguda por VIH, que causa una carga viral muy alta en el plasma en los primeros meses, es un motor importante de la epidemia del VIH.20 Una reducción en la carga viral en el plasma de 0,7 log10 se estima que reduce la transmisión del VIH -1 en un 50 %. 21 La carga viral seminal y endocervical puede predecir de forma independiente el riesgo de transmisión sexual del  VIH- 1 después del ajuste por la carga viral plasmática.22
Otros factores asociados con un mayor riesgo de transmisión sexual del VIH son las infecciones (úlceras genitales de cualquier causa, herpes simple tipo 2 y vaginosis bacteriana. 23. 24. 25), el embarazo 26 y el sexo receptivo anal. La circuncisión masculina se asocia con un menor riesgo de transmisión sexual del HIV.27 28
Los resultados de algunos estudios observacionales mostraron un mayor riesgo de adquirir VIH-1 en las mujeres que utilizaron progestágenos inyectables de acción prolongada para la anticoncepción, pero no con contraceptivos orales conjugados.29  Una de las prioridades de salud en el este y sur de África, donde la incidencia del VIH- 1 en mujeres jóvenes es muy alta, 30 es averiguar si los progestágenos inyectables de acción prolongada (la forma más común de anticonceptivo usada en esta región) aumentan la transmisión del VIH - 1.
Los factores de comportamiento que aumentan la transmisión sexual del VIH - 1 sexual incluyen muchas parejas sexuales,31 y parejas concurrentes.32  Los resultados de un estudio33 de parejas heterosexuales serodiscordantes africanas mostraron que el uso del condón (auto-reporte) redujo el riesgo de transmisión del VIH- 1 por coito acto en el 78 %.33
La desigualdad por sexo es un importante motor de la epidemia del VIH, especialmente en África subsahariana, donde las mujeres representan el 57 % de las personas que viven con el VIH.3
El uso de drogas inyectables y no inyectables, incluyendo el alcohol, están asociados con un mayor riesgo en el comportamiento sexual, mientras que la inyección de drogas causa la transmisión del VIH por compartir agujas.34
Las mujeres que reportaron violencia de pareja tuvieron un aumento de la incidencia de infección por VIH en un estudio sudafricano35. ONUSIDA ha identificado al estigma contra el VIH, a la discriminación y a las leyes punitivas contra grupos de alto riesgo (por ejemplo, hombres que tienen sexo con hombres, usuarios de drogas inyectables y trabajadores sexuales) como barreras para que las personas se sometan a la prueba del VIH, accedan a la atención gratuita y adopten medidas preventivas eficaces.3

Patogenia

Ciclo de vida del VIH y respuestas inmunes del huésped

El blanco principal del VIH  son los linfocitos T CD4 activados; la entrada es a través de la interacción con los CD4 y los correceptores de quimiocinas, CCR5 o CXCR4. Otras células que llevan CD4 y los receptores de quimioquinas también están infectadas, incluyendo el resto de las células CD4 T, monocitos y macrófagos, y células dendríticas. La infección por VIH independiente de CD4 puede ocurrir, en particular en astrocitos37 y células epiteliales renales, 38 y la posterior expresión del gen del VIH tiene un papel importante en la patogénesis del trastorno asociado al desorden neurocognitivo por VIH (relacionada con astrocitos) y de la nefropatía (relacionada con las células epiteliales). Una gama de proteínas del huésped interaccionan con proteínas del VIH o del ADN del VIH a ya sea para restringir o promover la replicación del virus en tipos de células específicos.
La transmisión del VIH a través de membranas mucosas se establece generalmente por un virus fundador, que tiene propiedades fenotípicas únicas que incluyen el uso de CCR5 en lugar de CXR4 para la entrada, 46 una mayor interacción con las células dendríticas, y la resistencia al interferón-α.47 La transmisión del virus fundador es seguida por un rápido aumento en la replicación del VIH y luego una inducción notable de citocinas y quimiocinas inflamatorias, que está en marcado contraste con la respuesta inicial mínima para otras infecciones virales crónicas, tales como la hepatitis B o la hepatitis C.48
La carga viral luego disminuye a un punto de referencia cuyo nivel es establecido en gran parte por la respuesta inmune innata y adaptativa. Los CD8 killing específicos contra el VIH de las células infectadas mediadas por las células T ocurre poco después de la infección y la respuesta inmune adaptativa potente para el VIH selecciona para la aparición de mutaciones en epítopos clave, a menudo llevando a un escape inmunológico.49
En algunos tipos de HLA, como individuos con alelos HLA-B27 infectado con subtipo B, puede surgir una respuesta inmune efectiva, que se caracteriza por las células T específicas para el VIH con gran avidez, polifuncionalidad y capacidad de proliferar tanto contra los péptidos inmunodominantes como  péptidos de escape.50 51 Sin embargo, en casi todos los individuos ocurre el agotamiento progresivo de las células T específicas para el VIH, caracterizado por una alta expresión de muerte programada 1 (PD-1) tanto en las células T totales como  específicas para el VIH y una pérdida de función de efector.52
Los anticuerpos neutralizantes se presentan aproximadamente 3 meses después de la transmisión.53 Los anticuerpos ampliamente, capaces de neutralizar muchos subtipos del VIH-1, se producen en alrededor del 20% de los pacientes.54 Estos anticuerpos se caracterizan por una alta frecuencia de mutaciones somáticas que a menudo tardan años en desarrollarse.55 Estos anticuerpos neutralizantes no suelen proporcionar beneficio para el paciente, debido al desarrollo de escape viral por mutaciones.56 La producción de anticuerpos neutralizantes mediante el uso de nuevas estrategias de diseño inmunógeno es un punto importante de la investigación de vacunas. 57
La respuesta inmune innata al VIH está mediada en gran parte por las células asesinas naturales, y también es crucial para el control del virus. El escape viral mutante también emerge y restringen los efectos antivirales de las células asesinas naturales.

Disfunción inmune

El sello distintivo de la infección por el VIH es el progresivo agotamiento de las células T CD4, debido a una menor producción y a una mayor destrucción. Las células T CD4 se eliminan por infección directa, por efectos de la formación de sincicios, por la activación inmune, proliferación, y senescencia.59

En la infección temprana, la reducción transitoria de las células T CD4 circulantes es seguida por la recuperación de las concentraciones cercanas a las normales que luego disminuyen lentamente a cerca de 50-100 células por microlitro.

El efecto más importante en la homeostasis de células T ocurre muy pronto en el tracto gastrointestinal, que sufre un agotamiento masivo de células T CD4 activadas con recuperación mínima después de la terapia antirretroviral.60 Además de la pérdida del total de células T CD4, ocurren cambios profundos en subconjuntos de células T de incluyendo la pérdida preferencial de células T-helper-17 y las células T invariantes asociadas a las mucosas que son cruciales para la defensa contra las bacterias.61 62

La profunda reducción de las células linfoides en el tracto gastrointestinal, junto con la apoptosis de los enterocitos, y el aumento de la permeabilidad del tracto gastrointestinal conducen a un aumento de la concentración plasmática de productos microbianos tales como lipopolisacáridos.63

Por último, la destrucción de la red celular fibroblástica reticular, la deposición de colágeno y el acceso restringido al factor de supervivencia de las células T interleucina 7 en el tejido linfoide contribuyen aún más al agotamiento de células CD4-CD8 y células Ts.64

Activación inmunitaria

Infección por el VIH también se caracteriza por un marcado aumento en la activación inmune, que incluye tanto la adaptación de los sistemas inmunes innatos y anormalidades en coagulación.65 Los controladores para la activación inmune incluyen los efectos directos del VIH como un ligando para el receptor de tipo Toll ( TLR7 y TLR 8) expresados en células dendríticas plasmacitoides, que conducen a la producción de interferón-α; translocación microbiana con lipopolisacáridos como un potente activador o TLR4 que conduce a la producción de citoquinas pro-inflamatorias tales como interleucina 6 y factor de necrosis tumoral α ( TNFa); co-infección con virus tales como el citomegalovirus que inducen una profunda expansión de células T activadas específicas para citomegalovirus y a una proporción reducida de las células T auxiliares-17 y T reguladoras, especialmente en el tracto gastrointestinal. 61 63 66 67

Existe evidencia de inflamación residual o aumento de la activación inmune, incluso en pacientes con VIH con una adecuada restauración de las células T CD4 con la terapia antirretroviral. Los marcadores de la inflamación residual en pacientes con VIH que reciben antirretrovirales se ha asociado de forma significativa con la mortalidad, la enfermedad cardiovascular 68, 69 cáncer, 70 enfermedad neurológica, el 71 y del hígado.72

La intensificación de la terapia antirretroviral en los participantes con supresión virológica con la adición del inhibidor de la integrasa raltegravir redujo la activación de células T en aproximadamente un tercio de participantes.73 Estos datos sugieren que la replicación del VIH de bajo nivel podría contribuir a la inflamación persistente. Tratamiento delas  co-infecciones tales como citomegalovirus y hepatitis C también reduce la activación de células T. 74 75

Aunque muchos estudios han identificado asociaciones entre diferentes biomarcadores de inflamación y eventos clínicos adversos, la causalidad en los estudios en personas ha sido difícil de establecer. Hasta el momento, las estrategias dirigidas a reducir la inflamación residual en pacientes con VIH han consistido en pequeños estudios observacionales con puntos finales subrrogantes.76 Varios fármacos que están disponibles para otras indicaciones (por ejemplo, estatinas, aspirina, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, e hidroxicloroquina) tienen la potencial para reducir la inflamación asociada al VIH.76 Son necesarios estudios aleatorios controlados para determinar si actuar sobre la inflamación en pacientes con supresión virológica en terapia antirretroviral tendrá un efecto clínico significativo.Terapia, prevención
Terapia antirretroviral
La combinación de los tratamientos antirretrovirales que fueron capaces de suprimir la replicación viral se desarrollaron a finales de 1990 y transformaron al VIH de una enfermedad progresiva con un desenlace mortal en una enfermedad crónica manejable.
Más de 25 medicamentos autorizados que bloquean la replicación del VIH en muchos pasos en el ciclo de vida del virus ya están disponibles. Los tratamientos antirretrovirales recomendados son menos tóxicos, más eficaces, tienen una carga de píldoras más baja, y se dosifican con menos frecuencia que los regímenes iniciales basados en inhibidores de la proteasa.
Los regímenes de terapia antirretroviral estándar combinan dos inhibidores de la transcriptasa reversa análogos de nucleósidos (emtricitabina o lamivudina junto con uno de abacavir, tenofovir o zidovudina) con un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido, inhibidores de la proteasa o inhibidores de la integrasa. Varios regímenes de inhibidores de la transcriptasa reversa análogos de nucleósidos eficaces se pueden utilizar si se desarrolla intolerancia o resistencia a los inhibidores análogos de nucleósidos de la transcriptasa.
Después de la iniciación de la terapia antirretroviral, la carga viral en plasma disminuye a concentraciones por debajo del límite inferior de detección de ensayos comerciales disponibles en la mayoría de las personas, por lo general dentro de los 3 meses. Por el contrario, la recuperación de células T CD4 en individuos en terapia antirretroviral es variable.

Factores asociados con la mala recuperación de los linfocitos T CD4 después de la terapia antirretroviral

Factores del huésped

•    Edad avanzada, bajo recuento de CD4, alt de ARN del VIH basal
•    Tipo de HLA
•    Polimorfismos genéticos en:
Receptores de quimioquinas / quimiocinas, CCR5D32,
Receptores citoquina / citoquinas interleuquina 7
Fas / ligando de Fas

Factores virales•    CXCR4 utilizando el virus
•    Co-infección con citomegalovirus, virus de la hepatitis C, o GB virus C

Factores inmunológicos•    Baja producción del timo
•    Mal funcionamiento de la médula ósea
•    Aaumento de la activación inmune
•    Proliferación
•    Senectud
•    Aumento de la expresión de PD-1
•    Aumento de la apoptosis

Las directrices en los países de altos ingresos permitirá a los médicos a elegir un régimen a partir de los inhibidores duales de nucleósidos de la transcriptasa reversa combinados con un inhibidor no nucleósido de la transcriptasa reversa, un inhibidor de la proteasa potenciado con ritonavir, o un inhibidor de la integrasa, porque estos tres regímenes tienen una eficacia y tolerabilidad similar83 Las posteriores interrupciones del régimen de terapia antirretroviral se guían por el fracaso virológico y por los resultados de las pruebas de resistencia.
Para los países de ingresos bajos y medianos la OMS recomienda un enfoque de salud pública para el uso de la terapia antirretroviral de primera línea con esquema estandarizado (inhibidor de la transcriptasa reversa no análogo de nucleósido más inhibidores análogos duales nucleósidos de la transcriptasa reversa) y como segunda línea (inhibidor de la proteasa potenciado con ritonavir además inhibidores nucleósidos duales de la transcriptasa reversa.84
La vigilancia clínica y el recuento de CD4 se utilizan en muchos países de bajos ingresos, donde la supervisión de la carga viral no está disponible, pero los resultados de esta estrategia de monitoreo producen cambios innecesarios a terapia de segunda línea como la continuación de terapia primera línea ineficaces, lo que aumentará el número de mutaciones de resistencia. Los investigadores de un estudio 87 que comparó un enfoque de salud pública con enfoques individualizados de la terapia antirretroviral en personas que inician tratamiento en Sudáfrica y en Suiza, informaron resultados virológicos similares, pero la tasa de cambio por efectos tóxicos en Suiza fue mayor que en África del Sur.
Las tasas de mortalidad temprana después de la iniciación de la terapia antirretroviral son mucho mayores en entornos de recursos limitados que en los países de altos ingresos tras el ajuste por el recuento de CD4 al inicio, pero la diferencia se atenúa después de 6 meses.88
Se calcula una esperanza de vida cerca de lo normal para los pacientes (excepto en las personas que se inyectan drogas) que logran un recuento de CD4 normal y una carga viral suprimida con la terapia antirretroviral.89
Cada vez más datos sugieren que la terapia antirretroviral de corta duración iniciada en la infección temprana por VIH podría retardar la progresión de la enfermedad, pero se requiere de más estudios de pacientes con infección aguda.90 La mayoría de las directrices internacionales, incluidas las de los países de ingresos bajos y medianos84 han aumentado el criterio de CD4 para iniciar la terapia antirretroviral a 500 células por microlitro o más, a pesar de la buena evidencia de que la iniciación de la terapia antirretroviral con recuentos de CD4 superiores a 350 células por microlitro ofrece beneficios individuales.91

Se espera un mayor acceso a la terapia antirretroviral para reducir transmisión del VIH, pero la durabilidad de este efecto es desconocida, y comenzar la terapia antirretroviral temprano expone a los pacientes a los efectos tóxicos de las drogas y al desarrollo de resistencia antes de que se observen beneficios.92

El manejo clínico de los pacientes en los países de ingresos bajos y medianos  constituye un reto importante porque el número de personas elegibles para la terapia antirretroviral aumenta 16 700 000-25 900 000 en 2013, si se introdujeran las directrices de la OMS.4 En África subsahariana, el 57% de las personas espera una evaluación completa de elegibilidad para la terapia antirretroviral, y sólo el 65% de las personas que comienzan el tratamiento permanecen bajo cuidado después de 3 años.93 Las pérdidas durante el seguimiento se incrementaron con el aumento del tamaño de la población en un gran programa de terapia antirretroviral en el sur de Africa.94 Las bajas tasas de retención de la atención no se limitan a los países de ingresos bajos y medianos, como lo demuestra un report EE.UU. que señaló que sólo el 51% de los pacientes que fueron diagnosticados con VIH fueron retenidos en la atención en 2010.94

La adherencia sub-óptima es el principal factor asociado con el desarrollo de resistencia a los fármacos antirretrovirales.96 Algunos medicamentos (por ejemplo, emtricitabina, lamivudina, efavirenz, nevirapina, y raltegravir) seleccionan rápidamente para una mutación que confiere resistencia de alto nivel, mientras que la mayoría de los otros antirretrovirales seleccionan mutaciones de resistencia lentamente y necesitan varias mutaciones resistentes antes de la pérdida de la eficacia del fármaco.
Los pacientes que desarrollan resistencia a los antirretrovirales pueden transmitir virus resistentes a otros. La prevalencia de la resistencia a los antirretrovirales en personas con terapia previa con antirretrovirales en los países de altos ingresos ha alcanzado una meseta de 10 a 17% con resistencia a uno o más medicamentos antirretrovirales, mientras que la prevalencia es cada vez mayor en los países de ingresos bajos y medianos, alcanzando el 6,6% en 2009.97 Las directrices para los países de ingresos altos recomiendan una prueba de resistencia antes de la iniciación de la terapia antirretroviral, pero esta estrategia es demasiado costosa de implementar en entornos con recursos limitados.


Enfermedad de reconstitución inmune
La enfermedad de reconstitución inmune, también llamada síndrome inflamatorio de reconstitución inmune, es una respuesta inmunopatológica resultante de la rápida restauración de la respuesta inmune de patógenos específicos a los antígenos pre-existentes, junto con la desregulación inmune, lo que ocurre poco después de la iniciación de la terapia antirretroviral.98
Lo más común es que los antígenos que desencadenan la enfermedad de reconstitución inmune sean de las infecciones oportunistas, como la tuberculosis, la meningitis criptocócica y retinitis,  citomegalovirus.99 La enfermedad de reconstitución inmune es común, con una incidencia global reportada del 16,1% en una revisión sistemática.99
La enfermedad causa una elevada morbilidad, pero la mortalidad es baja (4,5%), excepto con la meningitis criptocócica (20,8% de mortalidad). Los resultados de un pequeño ensayo aleatorizado controlado mostraron el beneficio de la prednisona adyuvante en pacientes con enfermedad de reconstitución inmune y tuberculosis asociada.100
La enfermedad de reconstitución inmune ocurre más comúnmente cuando se inicia la terapia antirretroviral en pacientes con recuentos bajos de CD4 o poco después de comenzar el tratamiento para la infección oportunista. Las estrategias para reducir las enfermedades de reconstitución inmune incluyen la iniciación de la terapia antirretroviral con recuentos altos de CD4, el retraso del inicio de la terapia antirretroviral en pacientes con una infección (especialmente si la infección incluye el SNC), y la detección y prevención de las infecciones oportunistas antes del inicio de la terapia antirretroviral. 98

Latencia, reservorios y potencial de curación
A pesar de los grandes éxitos de la terapia antirretroviral en el control de la replicación del VIH y en la reducción significativa de la morbilidad y la mortalidad, la terapia antirretroviral no puede curar el VIH y se necesita tratamiento de por vida. El VIH puede persistir en los pacientes en tratamiento antirretroviral debido a la memoria de las células T de memoria que es de larga duración y a la infección latente, 101 a la replicación residual en algunos individuos, 73 y los reservorios anatómicos como el tracto gastrointestinal, 102 tejido linfoide y el sistema nervioso central.103
La latencia se define como la integración del ADN del VIH en el genoma del huésped en ausencia de la producción de virus. La latencia se puede establecer in vitro a través de la infección directa de las células T CD4 en reposo en presencia de quimiocinas específicas, 104 o después de la reversión de una infección de las células T activadas a un estado de reposo.105
Muchos factores restringen la transcripción eficiente del VIH desde el provirus integrado en células en reposo T CD4 infectadas de forma latente incluyendo la sub-localización nuclear del provirus, la ausencia de factores de transcripción tales como NF-kB y el factor nuclear de células T activadas, la presencia de represores transcripcionales, el control epigenético del promotor del VIH (incluyendo la modificación de las histonas por acetilación y metilación, y la modificación del ADN), y las concentraciones sub-óptimas de la proteína del virus tat.110 Por último, las células T infectadas de forma latente pueden sufrir proliferation106 homeostática a través de la estimulación de citoquinas como la interleuquina 7,82 que contribuyen aún más a su larga vida media y la persistencia.
Mucho interés rodea el descubrimiento de una cura ya sea funcional (control a largo plazo del VIH sin tratamiento antirretroviral) o por esterilización (eliminación completa de todas las células infectadas por el VIH). Las esperanzas de que una cura podría ser posible surgieron por el reporte de caso de un hombre que fue sometido a trasplantes de células madre para la leucemia, 112 y de un bebé que comenzó la terapia antirretroviral poco después del nacimiento.113
El informe mejor documentado de curación del paciente de Berlín, 112 un hombre con VIH en tratamiento antirretroviral que tenía leucemia mieloide aguda y recibió dos trasplantes de médula ósea de un donante con un defecto en homocigotos CCR5, un correceptor llave que necesita el VIH para entrar en la célula. Poco después del trasplante, el paciente dejó la terapia antirretroviral y tuvo mínimo o ningún virus detectado en el plasma o tejido durante más de 6 años.114 Este caso ha inspirado el desarrollo de la terapia génica para eliminar de CCR5 en células T derivadas del paciente y las células madre con nuevas tecnologías que pueden eliminar efectivamente expresión de CCR5.115
El inicio temprano de la terapia antirretroviral por sí solo podría tener un efecto sustancial en la reducción de reservorios y en la preservación de una función inmune eficaz. El control a largo plazo de la viremia de bajo nivel después de la interrupción de la terapia antirretroviral se ha reportado en 1-15% de las personas que iniciaron el tratamiento antirretroviral en infección aguda.116 117 El inicio muy temprano de la terapia antirretroviral podría restringir la infección de larga duración.118
Otro enfoque para curar el VIH es eliminar las células T infectadas de forma latente. Una estrategia bajo investigación es la activación del VIH latente, que inducen la expresión de proteínas virales que conducen a la separación o la citólisis de las células infectadas. In vitro, muchos compuestos pueden activar la producción de VIH desde la latencia, incluyendo a los inhibidores de la histona deacetilasa, inhibidores de la metilación, activadores de NF-kB, tales como prostratina, y otros compuestos que incluyen disulfiram.119
Los resultados de los primeros estudios con vorinostat inhibidor de histona desacetilasa, mostraron una aumento en la transcripción del VIH, 120, 121, pero aún no está claro si la activación por sí sola elimina eficazmente las células con infección latente, como se sugiere en un modelo in vitro de latencia de VIH.122 Además, podría ser necesario el impulso de la inmunidad de las células T específicas del VIH, ya sea con la vacunación o con la inmunomodulación terapéutica. Hasta ahora, la vacunación terapéutica para permitir la interrupción del tratamiento antirretroviral ha dado resultados decepcionantes, 123 aunque los ensayos de vacunas recientes con células dendríticas y un vector por citomegalovirus en un modelo de simios se ha demostrado promisorio.124 125 126

Prevención

VIH-1 La transmisión de madre a hijo
Durante las últimas dos décadas se han hecho notables progresos en la reducción del riesgo de perinatal de transmisión del VIH-1. El conocimiento acerca de la sincronización de la transmisión del VIH-1 a los infantes ha permitido el desarrollo de intervenciones apropiadas. El riesgo de transmisión del VIH-1 para el lactante es aproximadamente de un 25% en ausencia de intervenciones, la mayor parte del riesgo surge después de las 36 semanas y en especial intraparto.127 La transmisión ocurre a una tasa del 8,9 por 100 niños-año de lactancia materna después de la cuarta semana, 128 con tasas más altas durante los primeras 4 semanas.119
La alimentación mixta aproximadamente duplica el riesgo de transmisión del VIH-1 en comparación con la exclusiva por amamantamiento. La lactancia prolongada es la norma en la mayoría de los entornos de escasos recursos, donde el riesgo de transmisión del VIH-1 a los niños llegó a alrededor del 40% sin intervenciones. Las intervenciones recomendadas se han traducido en una reducción de diez veces en el riesgo, y la completa eliminación de VIH-1 en la transmisión de madre a hijo es ahora posible.
La terapia antirretroviral es el pilar de la prevención de la transmisión del VIH-1 de madre a hijo. La monoterapia con zidovudina preparto, aumentada con una dosis de nevirapina durante el parto, fue una intervención eficaz y asequible, pero ha sido reemplazada por la terapia antirretroviral de combinación estándar para las mujeres que no califican para la continuación de la terapia antirretroviral. La terapia antirretroviral combinada es más eficaz en la prevención de la transmisión del VIH-1 de madre a hijo de zidovudina más una dosis de nevirapina, 129 y tiene la ventaja adicional de reducir la transmisión sexual del VIH y la reducción de la morbilidad y mortalidad asociada al VIH.
La terapia antirretroviral idealmente debe iniciarse después del primer trimestre, a condición de que las mujeres estén lo suficientemente bien como para esperar. En entornos con recursos limitados la reducción de la transmisión del VIH infantil por la alimentación con fórmula se compensa con una mortalidad infantil más alta, 130 que muestra el papel crucial que la lactancia materna tiene en la salud infantil. Las estrategias para reducir la transmisión del VIH de la lactancia materna en entornos con recursos limitados incluyen el uso de monoterapia antirretroviral a los recién nacidos, 131 o continuar la terapia antirretroviral combinada hasta el destete en las madres.129 La OMS recomienda: 132 o bien continuar la terapia antirretroviral combinada hasta el destete o de por vida en las mujeres embarazadas con VIH que no califican para continuar la terapia antirretroviral.84
Los antirretrovirales solos no alcanzarán la meta de eliminación de la prevención de la transmisión del VIH-1 de madre a hijo. Tener acceso a la atención prenatal, a la prueba del VIH, y a las intervenciones de prevención de la transmisión de madre a hijo debe aumentar sustancialmente en las regiones con alta prevalencia de VIH.
En los países de ingresos bajos y medianos, muchas mujeres se presentan tarde a la atención prenatal o partos sin atención previa. Por lo tanto, la transmisión del VIH a los lactantes será más alta que cuando se inicia la terapia antirretroviral en el momento óptimo de alrededor de 14 semanas.
Un desafío adicional a la aplicación de la terapia antirretroviral para las madres para prevenir la transmisión de la lactancia materna es que la adhesión a la terapia antirretroviral después parto ha demostrado ser significativamente más baja que antes del parto, en un reciente meta-analisis.134 Estudios de intervenciones para mejorar la adherencia post-parto a la terapia antirretroviral se necesitan con urgencia.
Por último, en vista de los las tasas anuales de incidencia de VIH-1 de hasta el 10% en algunas zonas del sur de África, una prioridad fundamental para la prevención del VIH-1 en la transmisión de madre a hijo es la reducción de nuevas infecciones por el VIH en las mujeres jóvenes, que daría lugar a un menor número de VIH-1 en las mujeres embarazadas e infantes infectados.
La transmisión sexual del VIH
La prevención de la transmisión sexual del VIH ha sido una prioridad desde el comienzo de la epidemia. Ninguna intervención para la prevención es lo suficientemente eficaz por sí sola, y muchas de las intervenciones son necesarias para controlar la epidemia. Se han hecho varios grandes avances en la investigación sobre la intervención preventiva en los últimos 5 años, especialmente incluyendo el uso de los antirretrovirales.
La intervención más potente para reducir la transmisión sexual del VIH es la terapia antirretroviral, como se indica en las conclusiones del estudio HPTN 052.135 En este estudio las parejas con VIH de una pareja serodiscordante con recuentos de CD4 de 350 a 550 células por microlitro fueron aleatorizados a recibir terapia antirretroviral inmediata o diferida (cuando dos recuentos de CD4 eran <250 células por microlitro). La terapia antirretroviral inmediata se asoció con una reducción del 96% en los eventos de transmisión de VIH, en el contexto de la supresión viral casi universal. Los resultados de HPTN 052 también mostraron la necesidad de intervenciones de prevención complementarias, porque el 25% de las transmisiones del VIH no eran de la pareja infectada.
El efecto sobre la salud pública de la cobertura de la terapia antirretroviral se evaluó en zonas rurales de KwaZulu-Natal, Sudáfrica, una zona con muy alta prevalencia del VIH .136 El riesgo de adquirir el VIH se asoció con la cobertura de la terapia antirretroviral en la comunidad local. La adquisición del VIH fue 38% menor en las comunidades con alta cobertura de la terapia antirretroviral, que se define como un 30-40% entre todas las personas infectadas por el VIH, que en las comunidades con cobertura de la terapia antirretroviral de menos del 10% .136
Será necesaria una comunicación eficaz para motivar a la gente para iniciar la terapia antirretroviral cuando están asintomáticos y con recuentos altos de CD4, y para hacer frente a las barreras a los vínculos entre la atención del VIH y la retención del cuidado de la salud.139 Una moraleja acerca de la introducción de la estrategia de prueba y tratamiento es que podría aumentar resistencia antirretroviral.140
La profilaxis pre-exposición con tenofovir oral diario o tenofovir más emtricitabina redujo efectivamente la adquisición del VIH en cuatro de los seis ensayos realizados. La eficacia de la profilaxis pre-exposición osciló entre el 44% y el 75%, y está fuertemente asociada a la adhesión. Los factores que afectan a la percepción del riesgo, la captación de la profilaxis pre-exposición, y la adherencia deben ser estudiados en las diferentes poblaciones en alto riesgo de contraer el VIH.
Los microbicidas vaginales y, más recientemente, los rectales son intervenciones atractivas porque, a diferencia de los condones, están bajo el control de la pareja receptiva. Los resultados de 12 ensayos clínicos de microbicidas vaginales con actividad no específica contra el VIH y las infecciones de transmisión sexual no mostraron eficacia.151 El énfasis se ha desplazado a los microbicidas vaginales que se dirigen a las diferentes etapas del ciclo de vida del VIH.152 Los resultados del ensayo CAPRISA 150 en Sudáfrica mostraron que el uso pericoital de gel de tenofovir 1% redujo la adquisición del VIH en un 39%. Por el contrario, el grupo de gel tenofovir 1% diario fue suspendido antes de tiempo debido a la falta de eficacia.
La circuncisión masculina médica es una intervención eficaz para la prevención del VIH, que redujo de manera significativa la adquisición del VIH en los hombres (razón de riesgo de incidencia de 0,5 a los 12 meses en comparación con los hombres asignados al azar al grupo de control que no fueron circuncidados) en un meta-análisis de tres ensayos controlados aleatorios hecho en Africa.154
En las comunidades de alto riesgo en África, por cada ocho operaciones realizadas, se espera que se evite una infección por VIH y la tasa de transmisión de hombre a mujer del VIH después de la circuncisión médica masculina se reduce en un 46% .155 A pesar de los beneficios potenciales para la salud pública de la circuncisión masculina médica, los últimos 5 años han mostrado varias desafíos.158 Se necesitan muchas estrategias para aumentar la demanda de la circuncisión masculina médica, incluida la promoción de los beneficios de la circuncisión a los hombres y a sus parejas femeninas e intervenciones del lado de la oferta para ofrecer la circuncisión masculina médica a través de clínicas móviles y dispositivos que reducen el tiempo del procedimiento.158
Hallazgos de algunos estudios de intervenciones conductuales mostraron que el uso de condones reduce la incidencia de infección por VIH 163
Otras intervenciones para reducir la infectividad del VIH se han centrado en el tratamiento de co-infecciones, en particular la infección de herpes simple de tipo 2, que causa el herpes genital. El aciclovir y valaciclovir reducen las concentraciones en plasma y genitales del VIH. 165 Para establecer si la magnitud de la supresión del VIH fue suficiente para reducir la transmisión, se realizó un ensayo controlado con placebo en parejas serodiscordantes de África, las concentraciones plasmáticas de aciclovir redujeron en 0,25 log10 VIH, lo que no se asoció con la disminución de la transmisión del VIH pero se retrasó levemente laprogresión.166 167
El primer ensayo de las intervenciones basadas en la población para controlar las infecciones de transmisión sexual mostró una reducción en la incidencia del VIH, 170 pero tres ensayos posteriores y un meta-análisis informaron no haber encontrado ningún efecto significativo sobre la incidencia del VIH.171
Vacunas
Grandes retos se enfrentan al desarrollo de una vacuna eficaz contra el VIH, incluyendo la diversidad genética del VIH, la incertidumbre sobre lo que constituye una inmunidad protectora, y la dificultad en el desarrollo de antígenos que son altamente inmunogénicos. Los resultados de los ensayos clínicos de vacunas contra el VIH han eliminado varias posibles vacunas que no han demostrado su eficacia.
Un ensayo172 de una estrategia de vacuna contra el VIH que utiliza un vector de adenovirus se tradujo en un aumento de la frecuencia de las infecciones por VIH en el grupo activo en los hombres no circuncidados y los hombres que tenían anticuerpos pre-existentes al vector adenovirus. El trabajo RV hecho en Tailandia, es la única evidencia hasta ahora de que la protección de la vacuna se podría lograr con una reducción del 31% en la adquisición del VIH.133 134
Las correlaciones inmunológicas de la protección desde el ensayo RV144, 174 junto con los nuevos enfoques de vectores que mejoran la amplitud de las respuestas de células T e identifican objetivos para anticuerpos ampliamente neutralizantes, se espera que puedan resultar en el desarrollo de vacunas más eficaces.175

Conclusiones

El VIH sigue siendo un importante contribuyente a la carga mundial de la enfermedad, especialmente en el África subsahariana. La terapia antirretroviral está cambiando la epidemiología mundial del VIH mediante el aumento de la prevalencia debido a la reducción en las muertes por SIDA, y está contribuyendo a la disminución de la incidencia del VIH mediante la reducción del riesgo de transmisión.
La incidencia del VIH en hombres que tienen sexo con hombres no está disminuyendo a pesar de la alta cobertura de terapia antirretroviral. Los impulsores de la epidemia de VIH en hombres que tienen sexo con hombres son los comportamientos de riesgo cada vez mayores desde la introducción de la terapia antirretroviral efectiva, el alto riesgo de transmisión del coito anal receptivo, las redes sexuales,  el estigma y la restricción del acceso a la atención.
En los usuarios de drogas inyectables el estigma juega un papel importante en la restricción del acceso a intervenciones para prevenir el VIH y al cuidado de las personas que son VIH-positivas.
La activación inmunitaria, que se reduce pero que no es abolida por la terapia antirretroviral, juega un papel importante en la patogénesis de la enfermedad vascular cuyo riesgo ya se incrementa en la infección por VIH. Una mejor comprensión de la latencia viral y de los reservorios podría resultar en una cura.
Los recientes avances en la prevención del VIH han estado dominados por el papel de los fármacos antirretrovirales en la reducción de la transmisión de madre a hijo y en la profilaxis pre-exposición en grupos de alto riesgo.
El uso de la terapia antirretroviral en la infección temprana por VIH para reducir la transmisión está siendo estudiado en ensayos controlados con asignación al azar, pero habrá problemas para implementarlo en los países con una epidemia generalizada de VIH.
Una vacuna eficaz sigue siendo difícil a pesar de dos décadas de esfuerzo.