viernes, 14 de junio de 2024

Sepsis y Shock séptico

Introducción

En 2017, la OMS reconoció la prevención y el manejo de la sepsis como una prioridad de salud global. Recientemente se ha definido como una disfunción orgánica que amenaza la vida, resultante de una infección. A pesar de los mejores esfuerzos en la atención basada en protocolos, la mortalidad por shock séptico sigue siendo elevada, casi del 35% a 40%.

> Sepsis 1. Criterios del Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica

El término “sepsis” ha sido utilizado ampliamente durante décadas; sin embargo, se ha asociado con múltiples definiciones, y el término ha sido vagamente aplicado a muchos síndromes. En un esfuerzo por mejorar la capacidad de estudiar la sepsis, un panel de expertos reunidos en 1992 formalizó la definición del término. En ese momento, “sepsis” fue definida como una respuesta inflamatoria a la infección. El diagnóstico clínico requería el cumplimiento de ≥2 criterios del síndrome de respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS) junto con un foco de infección sospechoso o confirmado. En ese momento, el shock séptico se definió como un cuadro de hipotensión persistente o hiperlactatemia a pesar de la reanimación con líquidos.

Sepsis 2.0 y “sepsis grave”

Surgieron muchas críticas con respecto a las definiciones de Sepsis-1, sobre todo que los criterios del SRIS simplemente reflejaban una respuesta adecuada a la infección. Fue asi que surgió un nuevo término, “sepsis grave”, que implica la disfunción orgánica secundaria al estado de sepsis. En 2001, un segundo grupo de expertos actualizó las definiciones de Sepsis-1, las que prácticamente no sufrieron cambios, con excepción de la introducción de los criterios de evaluación secuencial de la insuficiencia orgánica para identificar la disfunción orgánica, lo cual era indicativo de sepsis grave.

Comparación de las definiciones antiguas y nuevas para el espectro de sepsis y shock séptico
 Sepsis 2 DefinicionesSepsis 3.0 Definiciones
Sepsis≥2 criterios SRIS y Sospecha de infecciónAumento de 2 en puntaje SOFA desde el basal o qSOFA 2 y Sospecha de infección
Sepsis graveSepsis y Disfunción orgánica (cambio de 2 puntos en SOFA)No aplicable
Shock sépticoSepsis e Hipotensión a pesar de la reanimación con líquidos o Lactatemia a pesar de la reanimaciónSepsis y Requerimiento de vasopresoresa pesar de la reanimación con líquidos o Lactato >18,0 mg/dl luego de la reanimación
Sepsis 3,0. Actualización de 2016.

La definición inicial especificada en los criterios Sepsis-1 fue ampliamente utilizada durante casi 2 décadas; pero se vio obstaculizada por la baja sensibilidad y especificidad. Una crítica importante es que la fisiología implícita en los criterios SRIS (taquicardia, fiebre, leucocitosis e hipotensión) se centran en la respuesta inflamatoria, que es común a muchas enfermedades críticas (trauma, pancreatitis, inflamación posquirúrgica).

Como ejemplo, más del 90% de los pacientes ingresados en una unidad de cuidados intensivos (UCI) cumplían los criterios para sepsis. Otra crítica es que los criterios SRIS no lograron identificar al 13% de los pacientes con perfiles similares de infección, insuficiencia orgánica y aumento sustancial de la mortalidad. Debido a que la respuesta inflamatoria es una respuesta esperada y útil en muchos casos de infección, un desafío para una nueva definición de sepsis fue diferenciar la respuesta desregulada que amenaza la vida del proceso inflamatorio normal en respuesta a la infección no complicada.

En 2016, la Sepsis Task Force nuevamente actualizó la definición, la cual se refiere al patrón de disfunción orgánica potencialmente mortal, causado por una respuesta desregulada del huésped a la infección.

Clínicamente, esto se caracterizó por un cambio agudo de ≥2 puntos en el Puntaje SOFA, en presencia de sospecha de infección. Se supone que el puntaje inicial es 0 en pacientes en quienes se ignora la presencia de una disfunción orgánica preexistente. El puntaje SOFA tuvo una buena validez predictiva para la mortalidad en la UCI. Para los pacientes con sospecha de infección, el área bajo la característica operativa del receptor (Nota de la traductora: curva ROC) (AUROC) es 0,74. Este número es superior al criterio SRIS, que tiene una AUROC de 0,66. Según esta nueva definición, el término “sepsis grave” es redundante. En consecuencia, este término fue eliminado de la definición actualizada.

El shock séptico se definió como el subconjunto de sepsis con una profunda desregulación circulatoria, celular y metabólica, y con una mortalidad de aproximadamente el 40%, en comparación con el 10% de la mortalidad observada en la sepsis.

El shock séptico se identifica clínicamente como hipotensión persistente que requiere vasopresores para mantener la presión arterial media (PAM) encima de 65 mm Hg y el lactato sérico elevado, >18,0 mg/dl, a pesar de la reanimación adecuada con líquidos.

Cribado total para la evaluación secuencial rápida de la insuficiencia orgánica

Aunque el cambio en el puntaje SOFA es una herramienta firme para la estratificación de la mortalidad, es difícil de calcular y requiere valores de laboratorio que no están fácilmente disponibles para la detección rápida de pacientes fuera de la UCI. Por ejemplo, un nivel de lactato sérico que se analiza de forma rutinaria a partir de una muestra de gases en sangre en la UCI puede ser difícil de hacer en un paciente de sala y en serie.

En la búsqueda de una identificación fácil, el grupo de expertos diseñó medidas de detección accesibles y llegaron a 3 criterios, denominados qSOFA (Quick Secuencial Organ Failure Assessment). Para los pacientes fuera de la UCI que tuvieron ≥2 de los siguientes criterios: puntaje de Glasgow <13, presión arterial sistólica <100 o frecuencia respiratoria 22, la mortalidad fue similar a la de los pacientes identificados mediante el uso del puntaje SOFA completo.

Rendimiento para el cribado de la evaluación de la insuficiencia orgánica secuencial rápida vs. evaluación de la insuficiencia orgánica secuencial vs. SRIS

Estudios posteriores han destacado la necesidad del uso cuidadoso de las herramientas para diferentes poblaciones de pacientes. Como herramienta de detección para los pacientes del departamento de emergencias, muchos estudios han demostrado peor rendimiento del qSOFA en comparación con el SRIS para la identificación de la sepsis. Como herramienta de estratificación del pronóstico de riesgo de los pacientes de UCI, el puntaje SOFA predijo mejor la mortalidad. Una revisión sistemática halló resultados similares y los criterios SRIS tuvieron mejor sensibilidad pero peor especificidad para la detección de la sepsis entre los pacientes de urgencias, UCI y salas de hospital.

Epidemiología

En EE. UU. actualmente hay aproximadamente 1.7 millones de casos de sepsis anuales, con una tendencia creciente todos los años.

Hay casi 250.000 muertes por año debido a la sepsis, y es la principal causa de muerte en las UCI no cardiacas.

De los pacientes sépticos admitidos en UCI en todo el mundo, las fuentes de infección más comunes son los pulmones (64%), el abdomen (20%), el torrente sanguíneo (15%) y el tracto urinario (14%).

De los organismos aislados, el 62 % eran bacterias gramnegativas; el 47% bacterias grampositivas y el 19% hongos. El organismo grampositivo más común es el Staphylococcus aureus (20%), y los aislamientos gramnegativos más comunes son Pseudomonas (20%) y Escherichia coli (16%).

Muchos factores están asociados con mayor riesgo de mortalidad en pacientes con sepsis y shock séptico: cirugía de urgencia, trauma, traslado del piso del hospital, presencia de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer, insuficiencia cardiaca, inmunosupresión, cirrosis, ventilación mecánica previa o hemodiálisis.

Fisiopatología

La fisiopatología subyacente al estado séptico es compleja. No está claro por qué algunos pacientes tienen una respuesta inmune productiva para combatir la infección mientras que otros se deterioran y llegan a un estado desregulado. Se ha investigado el papel de varios mediadores celulares , especialmente el factor de necrosis tumoral-α y la interleucina-1, que pueden reproducir los síntomas de la sepsis cuando se administran de forma exógena.

Antes se pensaba que la sepsis era el resultado de una “tormenta de citocinas” de estos mediadores pero se ha demostrado que la liberación de mediadores proinflamatorios también va acompañada de mediadores antiinflamatorios. También se sabe que la administración exógena de lipopolisacárido produce daño endotelial y desprendimiento del glucocálix endotelial. Este mecanismo lleva a la hiperpermeabilidad y la formación de edema observados en la sepsis.

Los lipopolisacáridos también provocan la liberación de óxido nítrico de las células endoteliales dañadas, lo que conduce a la dilatación arterial patológica e hipoperfusión. Por el contrario, los inhibidores exógenos de la óxido nítrico sintasa inducible parecen revertir la vasodilatación patológica en modelos animales.

Manifestaciones clínicas del sistema de órganos

Los signos y síntomas que aparecen en la sepsis suelen involucrar a múltiples sistemas de órganos.

La liberación profunda de varios mediadores inflamatorios durante la sepsis conduce a la falla sistémica multiorgánica. Por lo tanto, la sepsis debe manejarse como un trastorno sistémico.

Cardiovascular

La dilatación arterial y la dilatación venosa patológicas conducen a hipotensión, que puede ser profunda. Por otra parte, hasta en el 60% de los pacientes sépticos se observa depresión miocárdica. El mecanismo exacto de esta miocardiopatía séptica no está claro. Con frecuencia se observan niveles de troponina sérica levemente elevados, pudiendo estar vinculados con la gravedad de la sepsis.

Pulmonar

La lesión pulmonar mediada por citocinas da como resultado un aumento de la permeabilidad del endotelio de los vasos alveolares y capilares., causando edema pulmonar no cardiogénico, que altera la oxigenación y la ventilación. El desarrollo de hipoxia y acidosis metabólica resulta en taquipnea significativa. La incidencia del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) en pacientes con sepsis es del 7%. Es muy importante el monitoreo cuidadoso de los parámetros respiratorios para identificar a los pacientes que requieren ventilación mecánica debido a la fatiga de los músculos respiratorios.

Renal

La insuficiencia renal aguda (IRA) relacionada con la sepsis contribuye significativamente a la morbilidad y mortalidad de la sepsis. Los factores de riesgo de desarrollar IRA son la edad avanzada, la enfermedad renal crónica y la enfermedad cardiovascular. La fisiopatología es multifactorial, incluyendo cambios hemodinámicos, disfunción endotelial, inflamación parenquimatosa renal y obstrucción de los túbulos con células necróticas y detritos.

La reanimación rápida con volumen para prevenir la hipotensión y la evitación de agentes nefrotóxicos, como las sustancias de contraste intravenoso, pueden ayudar a mitigar el riesgo de desarrollar IRA. Una vez desarrollada la IRA son necesarios e importantes la dosificación adecuada de los medicamentos, la evitación de la sobrecarga de volumen mediante el uso de diuréticos, y el manejo cuidadoso de los electrolitos. En los pacientes que requieren terapia de reemplazo renal parece ser beneficioso el inicio temprano de esta terapia.

Hematológico

Las manifestaciones hematológicas primarias son anemia, leucocitosis, neutropenia, trombocitopenia y coagulación intravascular diseminada (CID). La inhibición de la trombopoyesis y el daño plaquetario inmunológico son responsables de la trombocitopenia observada en ausencia de CID. La anemia es secundaria a la inflamación, hay acortamiento de la supervivencia de las células sanguíneas y hemólisis en el contexto de la CID.

La CID se diagnostica por la trombocitopenia y la prolongación del tiempo de protrombina o del tiempo de tromboplastina parcial activada. La CID en la sepsis puede presentarse como sangrado de múltiples sitios o trombosis de vasos sanguíneos pequeños y medianos. En ausencia de sangrado, la coagulopatía puede ser controlada junto con el tratamiento del trastorno subyacente. En los pacientes con sangrado de múltiples sitios se debe considerar el reemplazo de plaquetas y del factor de coagulación.

Gastrointestinal

La insuficiencia hepática es una complicación poco común pero significativa del shock séptico, que ocurre en menos del 2% de los pacientes sépticos, con un marcado impacto en la morbimortalidad. La disfunción hepática séptica se diagnostica por un aumento en la concentración de bilirrubina, >2 mg/dl y coagulopatía con razón internacional normalizada (RIN) >1,5. Fisiopatológicamente, se atribuye a factores hemodinámicos, celulares, moleculares y cambios inmunológicos que conducen a la hipoxia parenquimatosa.

Las manifestaciones clínicas incluyen la hepatitis hipóxica, la colestasis inducida por sepsis, las coagulopatías y la hiperamonemia, causando encefalopatía hepática.

Endócrina

La hiperglucemia es común en pacientes sépticos y se atribuye a la elevación inducida por el estrés de glucagón, catecolaminas, cortisol e insulina, combinado con la resistencia de la hormona de crecimiento inducida por la liberación de citocinas.

En el shock séptico, la glucosa debe ser controlada con frecuencia para mantener la glucemia <180 mg/dl mientras se evita un control demasiado agresivo y los episodios hipoglucémicos asociados.

Además de la desregulación metabólica, el 8-9% de los pacientes con sepsis grave tienen signos de insuficiencia suprarrenal, pudiendo contribuir aún más a la insensibilidad a las catecolaminas.

Los pacientes sépticos también tienen deficiencia de vasopresina debido al agotamiento de las reservas, aumento de la actividad de la vasopresinasa y la inhibición de la producción de vasopresina mediada por el óxido nítrico. El eje hipotálamo-hipofisario -tiroideo también puede verse afectado durante la sepsis, lo que lleva al hipotiroidismo clínico aparente. Sin embargo, no hay evidencia a favor del tratamiento del hipotiroidismo séptico.

Neurológicas

La encefalopatía séptica es una manifestación común de la sepsis grave y del shock séptico. Los síntomas pueden incluir cambios en el estado mental, alteración en el ciclo de sueño/vigilia, desorientación, agitación y alucinaciones. El estado mental alterado puede ser el único signo de presentación en pacientes geriátricos. Los déficits focales no son típicos de la encefalopatía séptica y deben ser evaluados con neuroimágenes y estudios para accidentes cerebrovasculares.

La convulsión es una complicación rara de la encefalopatía séptica y puede ser diagnosticada mediante el monitoreo electroencefalográfico. En caso de alteraciones significativas del estado mental, algunos pacientes pueden requerir intubación endotraqueal para proteger las vías respiratorias. Otras causas reversibles de encefalopatíaꟷ hipoxemia, hipercapnia, hipoglucemia, hiponatremia o hipernatremia, toxicidad por fármacos, hiperamonemia e insuficiencia tiroideaꟷdeben ser rápidamente evaluadas y descartadas.

Manejo de la sepsis y del shock séptico

Era de la terapia temprana dirigida por objetivos

En 2001 se publicó un ensayo histórico que demostró un beneficio en la mortalidad de "la primera terapia dirigida por objetivos (PTDO)”, que utilizaba un algoritmo de reanimación con líquidos, transfusión de sangre, vasopresores e inotrópicos, dirigidos por objetivos hemodinámicos específicos de PAM, presión venosa central y saturación de oxígeno venoso mixto. Este ensayo marcó el comienzo de una era de atención de la sepsis en la que los catéteres de la arteria pulmonar se colocaban de forma rutinaria en la mayoría de los pacientes sépticos para controlar estos parámetros.

Ensayos más recientes no han podido replicar los resultados de la PTDO, y la práctica de reanimación algorítmica han caído en desuso en su mayoría. Sin embargo, muchos de los principios de la reanimación con líquidos y objetivos hemodinámicos siguen vigentes, lo que se refleja en las pautas de la Surviving Sepsis Campin (Campaña Sobrevivir a la Sepsis).

Detección y diagnóstico

Si la sospecha de sepsis es elevada según los criterios de detección (qSOFA o SRIS) y el cuadro clínico, el manejo inicial no debe retrasarse mientras se esperan los resultados de los estudios de diagnóstico.

Los cultivos de sangre deben extraerse rápidamente y se deben recoger muestras para urocultivos si hay sospecha de infección urinaria. Las imágenes generalmente incluyen una radiografía de tórax para descartar el desarrollo de neumonía. Pueden requerirse imágenes adicionales, como la tomografía computarizada abdominal ante la sospecha de un proceso intraabdominal (por ej., diverticulitis, absceso). Los niveles de procalcitonina pueden medirse tempranamente, no para usarlos como criterio diagnóstico sino para guiar luego la suspensión de antibióticos para ciertas infecciones.

Antibióticos y control de focos

Los estudios de observación han sugerido que el inicio temprano de la terapia antibiótica puede conseguir mejores resultados, y esta idea se ha incorporado a la Surviving Sepsis Guide para la sepsis, teniendo como objetivo iniciar los antibióticos dentro de la primera hora de la presentación. Existe la preocupación de que estos datos no sean sólidos y que esta guía lleve a una utilización generalizada inadecuada de los antibióticos.

Cuando exista una sospecha firme de sepsis, se deben obtener cultivos e iniciar una terapia con antibióticos de amplio espectro para cubrir empíricamente un rango de patógenos probables, dependiendo de las comorbilidades y la presentación del paciente.

En la mayoría de los pacientes, los antibióticos deben dirigirse a las bacterias grampositivas y gramnegativas.

En aquellos con un proceso intraabdominal, también deben estar cubiertos los gérmenes anaeróbicos. En pacientes con inmunodeficiencias o inmunosupresión, pueden estar indicados los antifúngicos y/o las terapias antivirales. La terapia antimicrobiana debe basarse en los resultados de los cultivos. Se ha demostrado que las mediciones seriadas de procalcitonina guían con éxito el cese de la terapia antibiótica para reducir la exposición acumulativa.

Si es posible, hay que abordar el origen de la infección. El paciente debe ser examinado en busca de un foco localizado (por ej., úlcera por presión infectada o sitio eritematoso del catéter vascular. El manejo puede incluir la eliminación de dispositivos invasivos (por ej., catéteres de diálisis, dispositivos ortopédicos infectados o marcapasos) o la evacuación quirúrgica de abscesos intraabdominales.

Reanimación con líquidos

Los estudios de observación han demostrado que la reducción de la duración de la hipotensión en pacientes sépticos se asocia con una disminución de la mortalidad en el shock séptico.

La premisa de la reanimación con líquidos es aumentar el gasto cardíaco y la PAM para combatir la vasodilatación patológica. La Surviving Sepsis Campaing recomienda un bolo de líquido inicial de 30 ml/kg. Para la mayoría de los pacientes, probablemente esta cantidad sea adecuada. Sin embargo, hubo dudas en cuanto a que ese volumen puede ser excesivo para muchos pacientes.

Estudios observacionales han demostrado que la administración de un volumen excesivo se asocia con mayor mortalidad, que podría deberse al edema pulmonar asociado, con requerimiento de ventilación mecánica prolongada y empeoramiento de la lesión renal. En un esfuerzo por evitar la reanimación excesiva, se han utilizado varias medidas para predecir la respuesta al volumen, definida como el aumento del gasto cardíaco de un paciente con líquido adicional.

La ecocardiografía y la ecografía a la cabecera del paciente han surgido como las herramientas más confiables, con un aumento en el monóxido de carbono antes y después de un “minibolo” de 100-250 ml funcionando como un indicador confiable.

La variación del diámetro de la vena cava inferior durante la inspiración es un predictor preciso de la respuesta al volumen en pacientes con ventilación mecánica, aunque hay pruebas contradictorias en pacientes con respiración espontánea. Del mismo modo, en pacientes con ventilación mecánica en condiciones específicas se puede usar la variación de la presión del pulso (VPP) en el trazado de la línea arterial. Para aquellos con ritmo sinusal y ventilados mecánicamente con volúmenes corrientes >8 ml/kg (peso corporal ideal), un VPP del 12% es predictivo de la capacidad de respuesta al líquido.

Presión arterial objetivo

Los datos retrospectivos han sugerido una asociación entre la PAM <85 y el aumento progresivo del riesgo de mortalidad y daño renal. El único ensayo aleatorizado grande de 2 objetivos de presión arterial en pacientes con shock séptico intentó comparar el efecto de una PAM objetivo más baja (65–70) en comparación con un objetivo más elevado (80–85) y no halló beneficio en la mortalidad de uno vs. el otro. Sin embargo, un análisis preespecificado post hoc del mismo ensayo demostró un significativo aumento de la lesión renal en aquellos con hipertensión crónica preexistente y el mantenimiento en la PAM objetivo más baja.

Por otro lado, hubo más arritmias cardíacas en el grupo de PAM más elevada, en gran parte debido al uso probable de catecolaminas en dosis elevadas en ese brazo del ensayo clínico. Por lo tanto, puede ser prudente mantener una PAM objetivo relativamente más elevada en los pacientes con shock séptico, aunque las observaciones retrospectivas son limitantes y no se puede recomendar un umbral específico que se ajuste a todos los pacientes.

Por otra parte, se necesitan con urgencia ensayos aleatorizados que aborden este tema. Cabe destacar que las guías para sobrevivientes de la sepsis recomiendan una  PAM objetivo de al menos 65 mm Hg para titular el apoyo vasopresor.

Elección del vasopresor

En el shock séptico se deben usar vasopresores para mantener la presión arterial durante y después de la reanimación con líquidos.

Históricamente, se recomendaba que los vasopresores fueran utilizados como el agente de elección inicial para el manejo de la presión arterial en el shock séptico. Sin embargo, los ensayos aleatorizados que compararon la dopamina con la norepinefrina como agente inicial, mostraron una mayor incidencia de taquiarritmia y mayor mortalidad con la dopamina en comparación con la norepinefrina. Por lo tanto, la Surviving Sepsis Campaing ha recomienda el uso de la norepinefrina como agente de primera línea.

La epinefrina se comparó con la norepinefrina como agente inicial y no reveló una diferencia en la mortalidad; sin embargo, la epinefrina se asoció con mayor taquicardia y acidosis láctica. En concreto, en un paciente séptico con hipotensión y signos de miocardiopatía y disfunción cardiaca derecha, se puede agregar epinefrina para beneficio inotrópico y, si el gasto cardíaco es insuficiente, para mantener la perfusión.

La vasopresina es una molécula no catecolamínica que actúa directamente sobre los receptores V1 y V2. También se comparó con la norepinefrina y no mostró un beneficio en la mortalidad general; sin embargo, el subgrupo de pacientes con shock séptico “menos grave” mostró una mortalidad ligeramente menor.

Además de las vías de las catecolaminas y la vasopresina, se ha demostrado la modulación de la vía de la renina-angiotensina-aldosterona como un medio para aumentar sinérgicamente la presión arterial y reducir los requerimientos de catecolaminas. Se ha demostrado que la angiotensina II exógena aumenta las PAM y disminuye los requerimientos de catecolaminas en pacientes con shock séptico, con dosis elevadas de vasopresores, y demostró un buen perfil de seguridad.

Teniendo en cuenta los datos actuales disponibles, la norepinefrina sigue siendo el agente de primera línea para el control inicial de la presión arterial en el shock séptico.

Sin embargo, los vasopresores en dosis elevadas, especialmente las catecolaminas en equivalentes de norepinefrina de ≥0,8 mg/kg/min, se han asociado con un 50% de mortalidad a los 30 días y casi un 80% a los 90 días. Por lo tanto, hay un impulso muy necesario para el uso temprano de complementos ahorradores de catecolaminas multimodales junto con los vasopresores (tanto vasopresina como angiotensina II) en este sentido.

Terapias complementarias: esteroides, vitamina C y tiamina

Se han investigado varias terapias complementarias para combatir la respuesta desregulada del cuerpo a la sepsis. Los esteroides sistémicos han sido evaluados en varios ensayos aleatorizados; pero los resultados de estos ensayos no han sido consistentemente beneficiosos en la mortalidad. Más recientemente, el ensayo ADRENAL evaluó el efecto de la infusión continua de hidrocortisona en pacientes con shock séptico y no halló un beneficio en comparación con el placebo.

El ensayo APROCCHSS mostró escaso beneficio en la mortalidad con la administración de hidrocortisona en bolo cada 6 horas junto con la administración diaria de fludrocortisona oral.

El ácido ascórbico (vitamina C) ha llamado la atención como un antioxidante que puede mejorar la respuesta desregulada a la sepsis. Un pequeño estudio retrospectivo de antes y después evaluó el efecto de un cóctel de ácido ascórbico con tiamina e hidrocortisona y comprobó resultados prometedores.

Un ensayo prospectivo aleatorizado demostró la disminución de los requisitos de vasopresores y de la mortalidad en pacientes que recibieron bolos de ácido ascórbico. El ensayo CITRIS-ALI investigó el papel del ácido ascórbico en los puntajes de disfunción orgánica en pacientes con sepsis y SDRA y no mostró una diferencia significativa.


Traducción, resumen y comentario objetivo: Dra. Marta Papponetti

Fiebre de Origen Desconocido

Rev cubana med v.45 n.4 Ciudad de la Habana oct.-dic. 2006

Desde la década de los años 30 del siglo pasado comienzan a llamar la atención de los clínicos los síndromes febriles que se prolongaban y se convertían en un serio problema diagnóstico.1 En el año 1961, Peterdorsf Beeson2 publican el estudio de 100 casos y definen por primera vez los criterios para considerar una fiebre como de origen desconocido (FOD): fiebre mayor de 38,3º C en varias ocasiones, que se prolonga por más de 3 sem y cuya causa permanece incierta después de 1 sem de investigaciones en un centro hospitalario. Estos autores eligieron este tiempo para eliminar enfermedades virales autolimitadas y contar con suficiente tiempo para poder realizar una investigación completa.

En los últimos años, con el desarrollo de nuevas técnicas de diagnóstico (microbiológicas, serológicas, inmunológicas, imagenológicas), que permiten realizar un diagnóstico más rápido, se ha propuesto reducir el tiempo de 3 sem a 2.3 También se ha considerado estudiar estos pacientes en forma ambulatoria, teniendo en cuenta las posibilidades de medios diagnósticos disponibles a ese nivel, sobre todo en países desarrollados.4

Este síndrome constituye uno de los problemas más complejos y difíciles con que se enfrenta el clínico en su práctica diaria. En la mayoría no se trata de enfermedades exóticas o raras, sino de enfermedades comunes y frecuentes que por determinadas condiciones no bien conocidas se expresan en forma predominante como una fiebre prolongada. La FOD puede ser causada por más de 200 enfermedades y día a día se añaden nuevas entidades a esta larga lista, y lograr su diagnóstico se convierte en un gran dilema e incertidumbre para el médico y motivo de preocupación y ansiedad para el paciente y familiares.5,6

En el año 1991, Durack Street7 añadieron a la forma clásica, de Peterdorsf, 3 nuevos tipos de FOD: nosocomial, FOD en pacientes neutropénicos y FOD asociada al VIH-SIDA. En esta propuesta se reduce el tiempo a 3 d para considerarlo como una FOD, y sin duda resulta de utilidad en pacientes ingresados en unidades de atención al grave, por lo general inmunocomprometidos, y que necesitan de una acción terapéutica rápida. En la mayoría son pacientes sépticos y la decisión más frecuente es la utilización de antibióticos.

En los últimos años, algunos autores han propuesto reducir el tiempo de 3 sem a 2,2,3 teniendo en cuenta el desarrollo de nuevas técnicas de diagnóstico rápido como: cultivos, pruebas serológicos, detección rápida de antígenos, reacción en cadena de la polimerasa, así como técnicas imagenológicas.

La fiebre de 38,3º C, otro componente de la FOD clásica, también ha sido sometida a cambios. No hay duda que esta cifra no puede ser aceptada en forma rígida. Pacientes en la tercera edad pueden evolucionar con fiebre de bajo grado, como ocurre por ejemplo con la tuberculosis. Esta fiebre de bajo grado adquiere valor cuando se acompaña de pérdida de peso importante, anemia y eritrosedimentación acelerada.

En nuestra práctica hemos aplicado los criterios clásicos de Peterdorsf,1 que aunque criticado por algunos, han permitido aplicar un modelo único durante muchos años y comparar múltiples investigaciones. En nuestro caso, la mayoría de los pacientes que ingresan por una FOD vienen remitidos después de múltiples investigaciones sin que se pudiera establecer su diagnóstico.

Clasificación según su etiología

No existe uniformidad en la clasificación por grupos en las distintas series publicadas.8-12 En nuestro trabajo hemos utilizado la agrupación clásica establecida por Peterdorsf: infecciosas, tumorales, colágenas-vasculitis, miscelánea y de causa no conocida.1

El grupo de colágenas-vasculitis es el que más conflicto semántico ha creado, designándosele por distintos nombres: enfermedades reumáticas, autoinmunes, sistémicas.10 En la actualidad, Knockaert y otros autores, proponen el término enfermedades inflamatorias no infecciosas (EINI) para designar este grupo tan complejo.4 Algunos autores han considerado las enfermedades granulomatosas como un grupo independiente que incluye las enfermedades granulomatosas clásicas (sarcoidosis, hepatitis granulomatosa), la arteritis temporal, la enfermedad de Crohn y la tiroiditis de Quervain.8,11 En realidad, todas estas entidades nosológicas pueden ser incluidas en el grupo EINI.11 Hoy dia se conoce que algunas enfermedades incluidas en el grupo de misceláneas ya se ha comprobado su causa, como es el caso de la enfermedad de Whipple producida por el Tropheryma whippelii.13 También existen evidencias de que la enfermedad de Castleman pueda ser causada por el herpes virus8,14-18 y la linfoadenopatía angioinmunoblástica probablemente sea de naturaleza neoplásica. 14,19

Principales causas de FOD

Infecciosas

Abscesos abdominales y pélvicos
Tuberculosis
Endocarditis
Infecciones del tractus urinario
Abscesos dentales
Osteomielitis
Mononucleosis infecciosa
Citomegalovirus
Hepatitis crónica por virus B y C

Tumorales

Hematológicas:
Linfomas Hodgkin y no Hodgkin
Leucemias
Linfadenopatía angioinmunoblástica
Carcinoma renal
Hepatocarcinoma
Cáncer del colon
Cáncer del páncreas

Enfermedades inflamatorias no infecciosas (conectivopatías-vasculitis)

Enfermedades del tejido conectivo:
Enfermedad de Still del adulto
Lupus eritematoso sistémico
Artritis reumatoidea
Polimialgia reumática
Sjögren
Vasculitis:
Arteritis de celulas gigantes
Poliarteritis nodosa
Enfermedad de Wegener

Enfermedades granulomatosas

Sarcoidosis
Enfermedad de Crohn

Miscelaneas

Fiebre por medicamentos
Tiroiditis de Quervain
Tromboembolismo pulmonar
Fiebre facticia
Otras

Frecuencia de diferentes grupos

La frecuencia de los diferentes grupos y la proporción de casos en las distintas categorías han ido cambiando en las últimas décadas. En un estudio que reúne varias series publicadas entre el año 1961 y 1966 (692 casos), las infecciones ocuparon el primer lugar con 34 %, seguido por los tumores con 22,1 %, las colágenas – vasculitis con 12,5 %, las misceláneaas y las de causa desconocida con 15 %, respectivamente.4 Otro estudio que incluyó 11 series publicadas entre los años 1954 y 1994 recopiló más de 1 000 casos, y reportó las siguientes proporciones: infecciones 28 %, enfermedades inflamatorias 21 %, tumores malignos 17 % y 19 % permanecieron sin identificar.9,10,20,21 Mourad y otros publicaron en el 2003 un estudio de casos reportados en los últimos 40 años y los agruparon en 4 décadas (fig.), ahí se observa que ha disminuido la frecuencia de las infecciones y los tumores, aumentó la del grupo de enfermedades inflamatorias o colágenas – vasculitis, al igual que la del grupo sin diagnóstico.22

Fig. Porcentaje de pacientes con fiebre de origen desconocido según la causa (últimos 40 años)

Este cambio de frecuencia tiene su explicación por varios factores:

  • Los estudios imagenológicos (US, TAC, RM) al alcance de múltiples instituciones de salud en los últimos 20 años han permitido localizar lesiones ocultas, sobre todo tumores y abscesos intrabdominales.
  • El ecocardiograma transesofágico ha permitido localizar vegetaciones cardíacas que escapan a la vía transtoráxica.
  • El empleo de la gammagrafía con distintos radioisótopos (galio, iridio etc.).
  • Y, más recientemente, el uso de la resonancia por emisión positrones (PET en inglés).

En la serie estudiada por nosotros en 1995 predominaron los tumores, 38 casos (35,19 %), en particular los linfomas, seguidos por las infecciones, 24 casos (22,22 %), las colágenas-vasculitis, 16 (14,81 %), misceláneas 13 (12,04 %) y sin diagnóstico 17 (15,74 %).23

A pesar de su disminución, las infecciones continúan siendo las más reportadas y dentro de este grupo predominan la tuberculosis y los abscesos abdominales.9,10,20 Entre los tumores, los más frecuentes fueron los linfomas Hodgkin y no - Hodgkin.4,9-11 La arteritis temporal ocurre entre 16 y 17 % de todas las causas en el paciente de la tercera edad.17,18,22

La evolución en los pacientes con FOD está en dependencia de la causa subyacente. En distintas estadísticas, se ha encontrado que entre 12 y 35 % de los pacientes murieron por la enfermedad de base, entre 52 y 100 % con el diagnóstico de enfermedad maligna murieron en los primeros 5 años y solamente entre 8 y 22 % la causa del fallecimiento fueron las enfermedades infecciosas.1,11,20 El pronóstico de aquellos casos con FOD prolongada que permanecen sin diagnóstico después de múltiples investigaciones evolucionan favorablemente y en su mayoría se recuperan espontáneamente.1,4,20,24

Estrategia diagnóstica

La guía fundamental para el diagnóstico radica en realizar un detallado interrogatorio y practicar un examen físico riguroso en búsqueda de síntomas y signos que permitan plantear una hipótesis diagnóstica. Este primer paso permitirá indicar las investigaciones complementarias necesarias y bien razonadas, siguiendo la ruta potencial del diagnóstico. No olvidar que a estos pacientes con fiebre prolongada se les debe repetir frecuentemente el examen físico en búsqueda de nuevos signos. Otra regla fundamental será suprimir aquellos medicamentos que no sean imprescindibles, pues son múltiples los que pueden ocasionar fiebre. Por lo general, la FOD producida por medicamentos cede a las 72 h después de su suspensión. Si la fiebre persiste después de 72 h de suspendido es muy probable que no sea el responsable.25

Se reportan numerosos algoritmos diagnósticos6,10,26-28 criticados por muchos por lo difícil que resulta la búsqueda de más de 200 enfermedades. Sin embargo, no es menos cierto que permiten seguir una ruta crítica en forma metódica para poder precisar el diagnóstico.

En muchas ocasiones, la fiebre se prolonga sin poderse precisar su causa y es aconsejable no caer en el error de realizar múltiples investigaciones innecesarias ni tampoco utilizar una terapéutica empírica. Estos procederes pueden modificar la evolución natural de la enfermedad y hacer más difícil el diagnóstico. Se debe tener en cuenta que la mayoría de los casos que se prolongan durante meses sin diagnóstico tienen una evolución favorable.24 En las distintas series publicadas se reporta entre 60 y 70 % de casos que permanecen sin diagnóstico, a pesar de múltiples investigaciones.10,26

El uso de la gammagrafía con radionuleótidos como galio 67, tecnecio 99, leucocitos marcados con iridio 99, permite localizar lesiones inflamatorias y tumorales. Sin embargo, no se precisa la naturaleza de la lesión, pero se pueden utilizar otros procedimientos como biopsias y endoscopias para determinar el diagnóstico.29

En la actualidad, la tomografía por emisión de positrones (PETen inglés) con fluoro-deoxy-glucosa permite localizar lesiones tumorales y, particularmente, la arteritis temporal, una causa común de FOD en pacientes de la tercera edad de muy difícil diagnóstico.30-32

Existen 2 subgrupos que merecen ser considerados en forma particular: la FOD en el paciente de la tercera edad y la fiebre episódica o recurrente. La FOD en la tercera edad tiene un espectro algo diferente y tiene como causas mas frecuentes: la arteritis temporal, la tuberculosis, el cáncer del colon, el tromboembolismo pulmonar y las enfermedades hematológicas malignas.33 También es más frecuente la fiebre por medicamentos que en otros grupos etáreos por el mayor uso de medicamentos en esta edad.4

En cuanto al otro subgrupo febril, algunos autores lo denominan fiebre recurrente y otros fiebre episódica, aunque no existe consenso en su definición.34 Knockaert propone que para catalogar esta fiebre deben transcurrir al menos 2 sem entre un brote y otro.6 Esta variedad de FOD resulta la más difícil de diagnosticar y su causa no se puede establecer en la mayoría de los casos, a pesar de ser sometidos a múltiples investigaciones.13 El cáncer del colon, los linfomas y otras enfermedades hematológicas malignas deben ser buscados exhaustivamente en este tipo de FOD.35,36 En el paciente joven, la enfermedad de Still suele ser la causa más frecuente.4

Después de revisada la literatura y expresada nuestra experiencia podemos concluir que la FOD constituye uno de los problemas más complejos con que se enfrenta el clínico en su práctica diaria y cada día se añaden nuevas causas a las más de 200 ya identificadas. En los últimos años, las enfermedades infecciosas y tumorales han ido disminuyendo y aumentando las causadas por enfermedades inflamatorias no infecciosas. En aparente contradicción con el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías ha aumentado el número de casos que permanecen sin diagnóstico. Los criterios establecidos por Peterdorsf se mantienen, aunque con algunas variaciones y se plantea cada vez con más fuerza su aplicación en la atención primaria. 

Celulitis: una guía para la práctica

 Autor/a: Renajd Rrapi, Sidharth Chand, Daniela Kroshinsky Cellulitis: A Review of Pathogenesis, Diagnosis, and Management

Puntos clave

• La celulitis es una infección cutánea común, que típicamente se presenta con eritema unilateral mal delimitado, calor y sensibilidad, que tiene muchos simulacros clínicos.

• Una anamnesis y un examen clínico exhaustivos pueden reducir el diagnóstico diferencial de la celulitis y minimizar la hospitalización innecesaria.

• El tratamiento debe estar dictado por el historial del paciente y los factores de riesgo, la presentación clínica y el patógeno culpable más probable, optimizando la administración de antibióticos.


Introducción

 La celulitis es una infección común de la piel, la dermis y el tejido subcutáneo. 

Desde 1998 hasta 2013, las hospitalizaciones por celulitis se duplicaron y los costos aumentaron casi 120%. La celulitis puede ser difícil de identificar dado sus numerosos imitadores clínicos y la falta de una prueba diagnóstica estándar de oro. La imposibilidad de confirmar las potenciales causas microbiológicas puede complicar aún más el manejo.

Fisiopatología

La celulitis es una infección cutánea generalmente precipitada por la entrada de bacterias a través de una fisura en la barrera de la piel. La causa más común de celulitis no purulenta es el Streptococcus pyogenes. Esta celulitis se caracteriza por no presentar pústulas o drenaje purulento.

La celulitis no purulenta no tiene una herida cultivable. El Staphylococcus aureus también puede causar celulitis no purulenta y es la causa más común de celulitis purulenta. La celulitis puede estar causada por S. aureus resistente a la meticilina (SARM) o sensible a la meticilina (MSSA), por sus siglas en inglés), el cual puede ser difícil de distinguir clínicamente sin un cultivo de las heridas y las pruebas de sensibilidad, y tiene implicancias para la selección de antibióticos.

La incidencia de SARM ha ido en aumento en las comunidades, y muchos pacientes con infección por SARM no tienen ningún factor de riesgo. Por otra parte, los factores de riesgo para la colonización de SARM son: uso previo de antibióticos, hospitalización o cirugía recientes, residencia prolongada en un servicio, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), uso de drogas inyectables, encarcelamiento, servicio militar, compartir equipo deportivo y maquinillas de afeitar.

Otros patógenos potenciales son más raros y deben ser considerados en función del contexto clínico. La celulitis en el sitio de mordedura de un perro o gato puede deberse a PasteurellaNeisseria o Fusobacterium, mientras que los organismos a considerar en las mordeduras humanas son Eikenella corrodens o Veillonello. La celulitis en el contexto de una lesión acuática puede incluir VibrioAeromonas o Mycobacterium.

En pacientes inmunodeprimidos es importante investigar la etiología cuando sea posible, incluidas las causas no bacterianas. Helicobacter cinaedi puede causar celulitis en pacientes con infección por VIH o con antecedentes recientes de quimioterapia. Los pacientes con lupus eritematoso sistémico son susceptibles a la celulitis por Streptococcus pneumoniae. La historia clínica es importante para dilucidar cuál puede ser el organismo causal de la celulitis infecciosa y para la selección del tratamiento antibiótico.

Los factores que predisponen a la celulitis infecciosa incluyen la edad avanzada, la obesidad, el edema de la pierna y la celulitis infecciosa previa. Particularmente el linfedema puede albergar crecimiento bacteriano.  Un estudio retrospectivo de más de 165.000 ingresos hospitalarios por linfedema o celulitis halló que el 92% de los casos estaban relacionados con celulitis.

El linfedema, la insuficiencia venosa y la enfermedad vascular han demostrado ser predictivos de la recurrencia de la celulitis.

Por otra parte, la interrupción de la función de barrera de la piel debida a heridas crónicas, infección o trauma es un factor de riesgo modificable importante cuyo manejo apropiado mejora los resultados.

Presentación clínica

La celulitis suele presentarse con eritema mal delimitado, edema, dolor a la palpación y calor de la piel afectada.


Figura 1.
 Celulitis de las extremidades inferiores. Placa eritematosa brillante, sensible y caliente en la extremidad inferior izquierda sugestiva de celulitis.

La erisipela puede considerarse un tipo de celulitis que afecta la dermis superficial y cursa con eritema bien delimitado. La presentación clínica de la celulitis a menudo se distingue por la presencia o ausencia de purulencia. Puede complicarse con la formación de abscesos cutáneos, una colección de pus cercada en el espacio subcutáneo que puede requerir la intervención quirúrgica.

Otros hallazgos pueden ser linfangitis, linfadenopatías, vesiculación o ampollas. A veces hay fiebre, con una estimación muy amplia de la incidencia desde aproximada 22% a 77%, dependiendo del entorno clínico del estudio realizado.

La celulitis puede afectar cualquier zona del cuerpo aunque las extremidades inferiores son el sitio de infección más frecuente en los adultos.

Un estudio retrospectivo que evaluó específicamente la celulitis de la extremidad inferior desarrolló el puntaje de celulitis ALT-70 y demostró que los factores clínicos de la celulitis unilateral (+3, si es verdadero), edad ≥70 años (+2, si es verdadero), leucocitosis ≥10,000/µl (+1, si es verdadero) y taquicardia ≥9 0 latidos/min (+1, si es verdadero) fueron predictivos de celulitis verdadera.

El puntaje de celulitis ALT-70 tiene un valor predictivo positivo >82% para predecir la celulitis verdadera, si los puntajes calculados son ≥ 5. Esta puede ser una herramienta valiosa para los médicos cuando evalúan la celulitis de las extremidades inferiores.

A menudo, la celulitis no se presenta con características sobresalientes en la evaluación de laboratorio y, en general, no se requieren análisis de sangre cuando se evalúa a los pacientes con celulitis no complicada o sin comorbilidades. Los hallazgos tienden a ser inespecíficos y pueden mostrar leucocitosis en menos del 50% de los pacientes mientras que los marcadores inflamatorios están elevados. Si la celulitis es purulenta, las pautas de 2014 de la Infectious Diseases Society of America (IDSA) recomiendan una tinción de Gram y cultivo.

No se recomienda el cultivo de heridas en pacientes con celulitis no purulenta dada la falta de una fuente cultivable a partir de muestras de piel desnuda. Por otra parte, la IDSA solo recomienda hemocultivos en pacientes inmunocomprometidos, malignidad, signos de infección sistémica o mordeduras de animales. En pacientes febriles con neutropenia recomienda la adquisición de imágenes radiológicas.

Un estudio retrospectivo de pacientes con celulitis no complicada halló que la mayoría de ellos fueron evaluados mediante radiografías y hemocultivos sin cumplir con los criterios de la IDSA. La evaluación tuvo baja utilidad clínica, rara vez motivó un cambio de tratamiento y generó un costo anual innecesario considerable.

Diagnóstico diferencial

La celulitis tiene muchos imitadores clínicos. La tasa de diagnóstico erróneo de celulitis ha sido estimada en casi 30%, con algunas estimaciones de hasta el 74%. La anamnesis y el examen clínico exhaustivos pueden ayudar a distinguir la celulitis de sus imitadores clínicos. Si los pacientes con celulitis no mejoran con la terapia adecuada o exhiben características que no son las de la celulitis, como hallazgos bilaterales o simétricos, es importante considerar diagnósticos alternativos.

La dermatitis por estasis es una afección inflamatoria de la piel de las extremidades inferiores que ocurre en pacientes con insuficiencia venosa crónica. Es un imitador clínico común de la celulitis que muchas veces se puede descartar dada su presentación bilateral en ausencia de trauma, aunque rara vez puede presentarse unilateralmente según la variación anatómica de la vena o la lesión en la pierna. La mejoría con compresión y elevación de las piernas y el tratamiento con corticoides tópicos favorecen el diagnóstico de dermatitis por estasis descartando el de celulitis.

La dermatitis de contacto es una respuesta inflamatoria de la piel a un irritante o alérgeno; hasta el 80% de los casos tienden a deberse a un irritante. Una característica que distingue la celulitis de la dermatitis de contacto es el síntoma de prurito, aunque en casos severos puede haber dolor. Aunque la celulitis y la dermatitis de contacto pueden presentarse con eritema, la dermatitis de contacto puede distribuirse siguiendo una forma o patrón geométrico debido al agente desencadenante.

La etiología se puede aclarar haciendo una historia exhaustiva que investigue los posibles desencadenantes, como detergentes, jabones, plantas o fragancias. Si la etiología es alergénica, las pruebas de parche pueden aclarar el agente ofensor. Los pilares del manejo son la eliminación del agente desencadenante, el tratamiento de la piel con corticosteroides tópicos, y del prurito con antihistamínicos.

Es importante descartar la infección necrotizante de los tejidos blandos (como la celulitis necrotizante y la fascitis necrotizante) , dada su gravedad y elevada tasa de mortalidad. Los pacientes con signos de toxicidad sistémica, eritema rápidamente progresivo o púrpura, y el dolor desproporcionado en el examen físico requieren evaluación quirúrgica y tratamiento antibiótico inmediatos.

Específicamente, para detectar la fascitis necrotizante cuando la sospecha clínica inicial no es lo suficientemente firme como para justifican una exploración quirúrgica inmediata, el puntaje Laboratory Risk Indicator for Necrotizing Fasciitis (LRINEC, por sus siglas en inglés) (Indicador de Riesgo de Laboratorio para la fascitis necrotizante) incorpora los niveles de proteína C reactiva; recuento de leucocitos, hemoglobina, sodio, creatinina y glucosa. Un metanálisis demostró que un LRINEC ≥ 8 tuvo una especificidad del 94,9% para detectar la fascitis necrotizante.

Diagnóstico diferencial de la celulitis
 >  Infección
  • Infección necrotizante de los tejidos blandos (fascitis necrotizante).
  • Eritema migrans
  • Herpes zoster
 No infeccioso, inflamatorios
  • Dermatitis de contacto
  • Síndrome de Sweet
  • Gota
  • Eritema nodoso
Vascular
  • Dermatitis por estasis
  • Trombosis venos profunda
  • Eritromelalgia
 Neoplásico
  • Carcinoma erisipelatoide
 
Tratamiento

Durante varias décadas, comúnmente se usó el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS, por sus siglas en inglés) para definir la gravedad de la sepsis y categorizar la gravedad de la celulitis. El puntaje incorpora temperatura >38ºC o <36ºC; frecuencia cardiaca >90 latidos/min; frecuencia respiratoria >20 respiraciones/min o presión parcial de dióxido de carbono <32 mm Hg, y leucocitos >12.000/mm3, <4000/mm3, o >10% de bandas inmaduras.

La celulitis leve se caracteriza por no presentar signos de infección sistémica. La celulitis moderada se caracteriza por cumplir con 1 o 2 criterios SIRS. La celulitis es grave si cumple con ≥2 criterios SIRS más hipotensión, inmunocompromiso o progresión rápida.

La celulitis leve generalmente se trata con antibióticos orales y la celulitis grave con antibióticos intravenosos. La celulitis moderada se puede tratar con antibióticos orales o intravenosos dependiendo de si cumple con 1 o 2 criterios SIRS. Sin embargo, el puntaje Quick Sequential [sepsis-related] Organ Failure Assessment (qSOFA) se ha convertido en el nuevo estándar para la evaluación el riesgo de sepsis.

Se puntúa por frecuencia respiratoria ≥22 respiraciones/min; alteración de la actividad mental, que se puede evaluar con la escala de coma de Glasgow <15; y presión arterial sistólica ≤100 mmHg. Dada la escasa literatura que evalúe los puntajes qSOFA con los resultados de la celulitis, los principios generales para caracterizar la celulitis se basan en las anomalías sostenidas de los signos vitales.

La celulitis leve se puede caracterizar por no cumplir los criterios qSOFA mientras que la celulitis grave está representada por un puntaje qSOFA ≥2, que se asocia con malos resultados de la sepsis.

Además de las anomalías de los signos vitales, el enfoque terapéutico de la celulitis depende de su presentación clínicaꟷno purulenta, purulenta sin absceso cutáneo o purulenta complicada con absceso cutáneo. La celulitis sin absceso cutáneo generalmente se maneja con antibióticos mientras que para el absceso cutáneo el manejo es quirúrgico.

La administración de antimicrobianos consiste en utilizar el espectro más estrecho de actividad antibiótica necesario para tratar la celulitis.

La IDSA recomienda iniciar el tratamiento de la celulitis no complicada con antibióticos orales teniendo en cuenta el agente etiológico más probable. La cobertura antibiótica innecesaria puede promover la resistencia de los organismos a los medicamentos, efectos secundarios y mayores costos. El tratamiento empírico de la celulitis no purulenta explica la presencia de los patógenos más frecuentes, Streptococcus pyogenes y MSSA.

Los pacientes con celulitis leve no purulenta que pueden tolerar la terapia oral y no tienen factores de riesgo de MRSA pueden ser tratados con antibióticos orales como cefalexina, amoxicilina-ácido clavulánico o dicloxacilina.

Los pacientes con alergia verdadera a la penicilina pueden tratarse con clindamicina. Un estudio aleatorizado de 153 pacientes con celulitis sin absceso demostró tasas de curación comparables en los pacientes que recibieron cefalexina para el tratamiento empírico de Streptococcus pyogenes y cubrir el MSSA versus aquellos tratados con cefalexina y trimetoprima- sulfametoxazol para la cobertura empírica adicional del MRSA. De manera similar, un estudio aleatorizado más grande, de 496 pacientes con celulitis no purulenta demostró que el uso de cefalexina y trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMX) en comparación con cefalexina sola no dio como resultado tasas más elevadas de resolución clínica de la celulitis.

El tratamiento empírico con antibióticos contra la comunidad SARM adquirida en pacientes con celulitis no complicada no parece mejorar los resultados. La celulitis moderada no purulenta sin signos de hipotensión, compromiso inmunológico o deterioro rápido, puede tratarse con cefazolina o ceftriaxona intravenosas, mientras que la celulitis grave no purulenta con cualquiera de esas características requiere una cobertura antibiótica de amplio espectro, como vancomicina y piperacilina-azobactam y, además, considerar una evaluación quirúrgica de la fascitis necrotizante. Dado que la celulitis purulenta sin absceso suele estar causada por S. aureus, se recomienda administrar antibióticos.

La selección depende de la sospecha de MRSA. Aunque un cultivo de las heridas y un antibiograma pueden determinar la causa microbiana, los médicos suelen verse ante la necesidad de hacer un tratamiento empírico, porque los cultivos pueden tardar hasta 5 días en dar un resultado.

La celulitis purulenta leve sin factores de riesgo de MRSA se puede tratar de manera similar a la celulitis no purulenta, con antibióticos orales como cefalexina o dicloxacilina. Los pacientes con sospecha de infección por SARM pueden ser tratados con antibióticos orales, para cubrir MRSA, como trimetoprima- sulfametoxazol o doxiciclina. Aunque la clindamicina oral tiene una eficacia comparable a TMP-SMX para tratar la celulitis, generalmente no se recomienda como agente de primera línea en pacientes sin alergia a la penicilina, dado el riesgo de infección por Clostridioides difficile.

Los principios generales también se aplican para la infección moderada y la celulitis purulenta grave. La celulitis purulenta moderada con baja sospecha de SARM se puede tratar con oxacilina o cefazolina intravenosa. Si la sospecha de infección por MRSA es elevada, es preferible la vancomicina o la clindamicina intravenosas. La celulitis purulenta grave justifica una cobertura amplia de antibióticos intravenosos y una evaluación de la fascitis necrotizante. Cuando aparece la mejoría clínica, se puede estrechar la cobertura antibiótica sobre la base del antibiograma.

La celulitis purulenta con absceso en condiciones de ser drenado se trata mediante la incisión y el drenaje. La ISDA no recomienda antibióticos para los abscesos cutáneos leves caracterizados por la presencia de un único absceso en condiciones de ser drenado, en pacientes sin signos de infección sistémica o inmunocompromiso. No obstante, 2 estudios recientes han sugerido que, además de la incisión y el drenaje, se podrían obtener mayores tasas de curación mediante la antibioticoterapia adyuvante del MRSA.

Un ensayo controlado aleatorizado multicéntrico de 1247 pacientes atendidos en el servicio de urgencias y que presentaban un absceso ≥2 cm de diámetro, determinó que el tratamiento adyuvante con TMP-SMX dio como resultado mayores tasas de curación en aproximadamente el 7%, así como tasas más bajas de procedimientos quirúrgicos posteriores en 5,2%, y tasas similares de efectos adversos.

Otro estudio aleatorizado controlado multicéntrico, de 786 pacientes del departamento de emergencias o en un entorno ambulatorio que presentaban un absceso ≤5 cm también demostró que el tratamiento adyuvante con TMP-SMX o clindamicina resultó en tasas de curación más elevadas en un 12,8 % y 14,2 %, respectivamente. En este ensayo, la clindamicina adyuvante también tuvo tasas de infección recurrente más bajas dentro de los 30 días en comparación con el placebo, en un 5,4%. Sin embargo, los pacientes que recibieron clindamicina tuvieron una tasa casi 10 % mayor de efectos adversos, como la diarrea no asociada al C. difficile.

Un metanálisis que investigó estos estudios y 2 ensayos controlados aleatorizados más pequeños que utilizaron TMP-SMX adyuvante, reprodujeron los hallazgos clave. El grupo de antibióticos MRSA adyuvantes tuvo una tasa de curación 7,4 % más elevada y una tasa 4,4 % más elevada de efectos secundarios de los antibióticos, sin secuelas a largo plazo. Estos resultados implican un beneficio moderado del tratamiento de los abscesos no complicados tratados con incisión y drenaje y antibióticos MRSA adyuvantes. La respuesta clínica dicta la duración de la terapia con antibióticos.

Falta evidencia que respalde el uso de antibióticos durante más de 5 días para la celulitis no complicada. Para la celulitis no complicada, los autores recomiendan prescribir un curso inicial de antibióticos durante 5 días con un seguimiento estrecho dentro de los 2-3 días para asegurar una mejoría clínica adecuada. La falta de mejoría puede requerir un cambio en la cobertura antibiótica o la reevaluación de la seudocelulitis. En los pacientes inmunocomprometido, la duración del tratamiento es de 7-10 días aunque se recomienda hacerlo hasta 14 días.

El diagnóstico de celulitis puede ser difícil y la evaluación dermatológica a pasado a ser una consulta útil.

Un ensayo controlado aleatorizado demostró que los dermatólogos identificaron seudocelulitis a una tasa del 30,7% en pacientes con presunta celulitis en comparación con una tasa el 5,7% por el equipo primario. La consulta dermatológica temprana mejoró los resultados en pacientes con sospecha de celulitis mediante la identificación y el manejo de imitadores clínicos, el tratamiento de los factores de riesgo modificables que predisponen a la celulitis y la disminución de la duración del tratamiento antibiótico injustificado.

Otro estudio del Reino Unido demostró que la consulta dermatológica precoz puede ser una intervención rentable al reducir el uso inapropiado de antibióticos y la hospitalización. Se han replicado hallazgos similares en EE. UU. donde, en pacientes con seudocelulitis, la consulta dermatológica redujo las tasas de uso innecesario de antibióticos en un 74,4% y la hospitalización en un 85,0 % lo que limita la exposición a los antibióticos en más de 90,000 pacientes ahorrando más de $210 millones al año.

Tratamiento antibiótico  de la celulitis para cobertura
VíaAntibióticoDosis recomendadaComentarios
Streptococcus y cobertura para MSSA
OralAmoxicilina–Ácido clavulánico875 mg 2 x día__
Cefalexina500 mg 4 x díaAdición TMP-SMX a cefalexina para MRSA empírico la cobertura no ofrece resultados clínicos beneficiosos
Dicloxacilina250-500 mg 4 x díaPreferentemente oral para cubrir MSSA
Penicilina VK250-500 mg 4 x día__
IntravenosaCefazolina1 g 3 x díaAlternativa para pacientes con alergia a la penicilina sin antecedentes de reacción de hipersensibilidad inmediata
Ceftarolina600 mg 2 x día__
Ceftriaxona1-2 g x día__
Imipenem500 mg 4 x díaAdministrado con cilastatina para prevenir la inactivación rápida
Meropenem1 g 3 x día__
Nafacilina u oxacilina1-2 g c/4hPreferentemente agente parenteral para cubrir MSSA
Penicilina G2-4 millones de unidades c/4-6 h__
Piperacilina-tazobactam3375 g 4 x díaUso recomendado con vancomicina para cobertura empírica de infecciones graves
Cobertura MRSA
OralClindamicina300-400 mgf 4 x díaRiesgo de infección por C. difficile Alternativa para pacientes con alergia a la penicilina
Doxiciclina o minociclina100 mg 2 x díaActividad antiestreptocócica variable. Se puede administrar con amoxicilina para mejorar la cobertura del estreptococo.
Linezolida600 mg 2 x díaAlternativa para pacientes con alergia a los ß-lactámicos Alto costo
TMP.-SMX1-2 compr. Forte 2 x día__
IntravenosaClindamicina600 mg 3 x día__
Daptomicina4 mg/kg x díaAlternativa para pacientes que no toleran la vancomicina
Linazoida600 mg 2 x día__
Telavancina100 mg/ x día__
Tigeciclina100 mg, luego 50 mg 2 x día__
Vancomicina150 mg/ 2 x díaUsado con piperacilina-tazobactam o imipenem y meropenem para la cobertura empírica de infecciones graves
 

Resumen

La celulitis es una infección común de la piel que ha resultado en un aumento de hospitalizaciones y costos . Aunque la celulitis puede ser un desafío para distinguirla de sus imitadores, un examen clínico minucioso puede reducir el diagnóstico diferencial y orientar adecuadamente su manejo.

La selección de antibióticos se determina en función de la presentación clínica, los factores de riesgo del paciente y el agente microbiano causante más probable. La evaluación dermatológica se ha asociado con mejores resultados clínicos y puede ayudar a controlar esta infección omnipresente. Se necesita investigación adicional para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de la celulitis.


Traducción, resumen y comentario objetivo: Dra. Marta Papponetti